Desde pequeña, Lidia Chaidez mostró habilidades de dibujo y pintura que la llevaron a aspirar a ser una gran pintora cuando fuera grande, sin embargo, a los 13 años sufrió un trágico accidente que le ocasionó una lesión medular, dejando gran parte de su cuerpo sin movimiento.
Fue a los 16 años cuando la joven Lidia se quedó sola en su casa y en su afán de querer recoger un lápiz con su boca, su primer pensamiento fue poder dibujar con la boca y tras varios intentos, Lidia comenzó a hacer trazos, sin imaginar que así comenzaría su historia como pintora profesional.
Más adelante ingresó a la Universidad de Occidente en la carrera de Psicología Social, donde se le presentó la oportunidad de ser miembro de la asociación internacional de pintores con la boca y con el pie, ahí fue donde impulsó más su trabajo y comenzó a participar en clases particulares de dibujo.
Con los años, Lidia perfeccionó su técnica en oleo, acrílico, acuarela y pastel, dibujando paisajes, animales y rostros femeninos, abriéndose paso en el mundo del arte y convirtiéndose en un ejemplo de vida y esperanza para las personas con discapacidad, brindando un poderoso mensaje ''Siempre habrá algo que sí podemos hacer''
''Aún con ese dolor que causa la discapacidad podemos lograr muchas cosas, podemos salir adelante, podemos esforzarnos y podemos lograr nuestras metas, eso lo podemos hacer porque seguimos teniendo la conciencia de nosotros mismos y aunque nuestras limitantes puedan ser muchas, siempre se puede''
Hoy en día, Lidia Chaidez es maestra de pintura en su casa particular, enseñando a alumnos con discapacidad motriz, discapacidad intelectual y parálisis cerebral, todos ellos pertenecientes a la fundación Paso Firme IAP, donde colabora desde hace más de 25 años. Actualmente ahí se encuentra su reciente galería de arte ''Trazos e impresiones''
De esta manera, Lidia Chaidez da un importante mensaje a toda la ciudadanía, recalcando que las personas con discapacidad pueden abrirse paso en una sociedad inclusiva y cumplir todos sus sueños y metas.