Para ellos presencial y en línea no son opciones

El regreso a clases presenciales anunciado por las autoridades educativas en Sinaloa para este 30 de agosto ya está a la vuelta de la esquina, pese a que autoridades educativas se han empeñado en el retorno a las aulas, la postura tanto de maestros como de padres de familias es muy clara, no regresarán porque consideran no hay condiciones no para un regreso seguro.

Pero hay otro sector de la población del que nadie habla, niñas y niños de familias que viven en situación de pobreza extrema en Sinaloa y en el país, para ellos da lo mismo un regreso a clases presenciales o en línea, ya que ninguna de las dos modalidades es posible por su critica condición económica.

Este es el caso de lo que sucede en la familia de Virginia Guadalupe Días Torres, quien viven con sus 3 hijos en edad escolar en la colonia Diana Laura, una de las colonias más pobres de la ciudad de Los Mochis.

Virginia Diaz nos comparte que no enviará a sus hijos a la escuela por el temor a que se contagien del Covid-19 y no tener dinero para atenderlos, además de que sus ingresos apenas y les alcanza para comer por lo que pensar en comprar cubrebocas, gel antibacterial sería un lujo.

 "Pues que más quisiéramos nosotros que sí pero si no se puede porque pues todos los días tener que comprar cubrebocas, gel, no tenemos para eso, ahorita vendí unos escombros para comprar para darles desayuno". 

Tristemente, la modalidad de recibir educación en línea tampoco es una opción para estos pequeños, dado que no cuentan con internet ni tampoco teléfono para tomar clases a distancia, por lo que existe el riesgo de abandonar la escuela y no cursar el ciclo escolar 2021-2022.

 "No tenemos internet ni tableta, yo por medio del kínder con una sobrina que tiene teléfono ahí me pasan las tareas y la maestra también a veces me las traía" 

En México, más de 4 millones de niñas, niños y adolescentes no van a la escuela y, además alrededor de 600 mil están en riesgo de abandonarla, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Esto muestra la cruda realidad de la crisis que enfrenta la educación en nuestro país a raíz de la pandemia.