Sequía ya "golpea" la economía regional
La crisis hídrica tuvo un impacto devastador en el sector agrícola el año pasado, marcando el primer aviso serio de la sequía. La superficie sembrada de maíz se redujo a 258 mil 404 hectáreas, lo que representa una disminución del 51% en comparación con las 526 mil hectáreas del ciclo anterior.
Como resultado, la cosecha apenas alcanzó los 3.1 millones de toneladas, lo que implica una caída del 53% respecto a la producción de 2023.
Esta situación provocó un desplome del 55% en el valor de la producción agrícola, que pasó de 37 mil millones de pesos en el ciclo 2022-2023 a solo 17 mil millones en el ciclo 2023-2024.
La caída en la producción de maíz y otros cultivos ha generado un impacto negativo en la economía del estado, al ser Sinaloa una entidad inminentemente agrícola, el comercio en los principales municipios productores resintieron el bajo circulante económico, ya que al haber una reducción en siembras el trabajo en el campo también disminuye, lo que deja a cientos de familias jornaleras sin trabajo.
En el ciclo actual, los productores enfrentan importantes desafíos, principalmente debido a la escasez de agua, pero también por la caída de precios de los granos en el mercado y la falta de financiamiento.
La intensa sequía que afecta a Sinaloa obliga a los agricultores a optimizar el uso del agua y diversificar sus cultivos. Sin embargo, este esfuerzo se complica aún más por los precios bajos de los granos, lo que representa un reto significativo para el sector.