Roberto Gamboa, un tuxpeño con una destacada trayectoria como boxeador, ha dedicado más de 40 años a enseñar la disciplina del boxeo a las nuevas generaciones. A través de su academia, ha formado a jóvenes como Manuel Antonio Malerva, un joven de 15 años que comenzó en el boxeo hace cuatro años, inspirado por la pasión que su padre tiene por este deporte. Aunque Manuel no proviene de una familia boxeadora, la motivación de su padre fue clave para que él se adentrara en este mundo, encontrando en la academia de Don Roberto el lugar adecuado para desarrollar su talento y perseguir su sueño.
Otro de los estudiantes es Itzayana Jonguitud, una joven de 23 años que decidió unirse a la academia hace tres meses buscando un espacio donde pudiera drenar sus emociones tras atravesar un periodo complicado relacionado con su salud mental. Lo que hace aún más relevante su historia es que, como mujer, ha decidido adentrarse en un deporte mayormente dominado por hombres, desafiando estereotipos y demostrando que el boxeo también es un espacio de empoderamiento y crecimiento personal para las mujeres. Itzayana ha encontrado en el boxeo no solo una forma de mejorar físicamente, sino también una vía de sanación emocional.
La academia de Don Roberto se ha convertido en un espacio seguro para muchos jóvenes, donde no solo aprenden técnicas de boxeo, sino también valiosas lecciones de vida. La inclusión de Itzayana en un deporte históricamente masculino y el avance de estudiantes como Manuel muestran cómo el boxeo, bajo la dirección de un experto como Don Roberto, puede ser una herramienta poderosa de superación personal y transformación, ayudando a los jóvenes a enfrentar y superar las dificultades de la vida.