La educación financiera es un tema que los mexicanos no dominan, por ello sigue siendo un desafío para la estabilidad de la población y el progreso del país. En el 2023, el 17.8 % de las personas de 18 años y más presentó un nivel alto de bienestar financiero; el 31.4 %, un nivel medio alto, y 50.8 %, un nivel medio bajo o bajo. El 48.4 % dijo sentir preocupación de que las deudas se acumulen y 16.1 % consideró que su nivel de deuda era alta o excesiva. El 36.9 % de la población se encontraba en un nivel alto de estrés financiero; el 34.6 %, en un nivel moderado, y 28.5 %, en un nivel bajo o nulo. A consecuencia del estrés financiero, 34.9 % de la población reportó experimentar algún malestar físico, como dolor de cabeza, gastritis, colitis o cambios en la presión arterial. Y cada inicio de año en la famosa ¨Cuesta de Enero¨ siempre se experimentan estos fenómenos tantos económicos como de salud física y mental Haciendo un comparativo de las diferentes encuestas a nivel nacional encontramos que el nivel de conocimientos financieros ha disminuido significativamente entre 2016 y 2020, pasando de 25.5% a 12.6%, el acceso a la educación financiera ha aumentado ligeramente entre 2013 y 2020, pasando de 34.6% a 45.1%. La brecha entre el nivel de conocimientos financieros y el acceso a la educación financiera se ha ampliado entre 2016 y 2020. Según un reporte de la encuesta nacional sobre la disponibilidad y uso de tecnologías de la información en los hogares, el 91.5 por ciento de los usuarios de Internet acceden a estas plataformas, lo que ofrece una oportunidad para brindar información financiera accesible y efectiva, aún así los datos sugieren que la educación financiera sigue siendo un desafío en México y que es necesario seguir trabajando para mejorar la comprensión financiera de la población.