Dentro de las deportaciones que se han dado de Estados a Unidos a México existen miles de menores de edad, que no solo sufren de la separación de la familia cuando salen de su ciudad de origen, también pierden familiares en el intento por conquistar el sueño americano o por las deportaciones. En 2024, Estados Unidos deportó a 28,270 niñas, niños y adolescentes mexicanos, lo que representa la cifra más alta desde 2008, cuando se registraron 34,083 casos, según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación. Este aumento significativo en las deportaciones de menores de edad mexicanos es particularmente preocupante, ya que la mayoría de los casos se presentaron en menores de entre 12 y 17 años, con 16,303 eventos registrados, de los cuales 13,130 correspondieron a hombres y 3,173 a mujeres. Además, del total de eventos de deportación de menores no acompañados, 11,302 (70%) se presentaron en este rango de edad. También se registraron 11,967 eventos de deportaciones de menores de 11 años o menos, de los cuales 11,813 estaban acompañados y 154 no los estaban. De estas miles de historias María es una de ellas con 13 años de edad llegó a Nogales después de ser deportada junto con su familia. Los estados de origen con mayor cantidad de casos de deportación de menores fueron Chiapas, Guerrero, Guanajuato, Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán. Por otro lado, las entidades de origen con menor cantidad de casos fueron Yucatán, Baja California Sur, Nuevo León, Colima y Tlaxcala. Es importante destacar que la problemática de las deportaciones de menores de edad mexicanos es un tema complejo que requiere una atención especializada y coordinada entre las autoridades mexicanas y estadounidenses. Pero los mismos mexicanos sufren en su propia tierra, María cuenta como varias veces les fueron quintando todo hasta llegar sin nada a la frontera. En los refugios de Estados Unidos y su personal también se han reportado maltratos por parte de ellos y existen varios testigos que quedan simplemente como testimonios.