Deserción escolar en México abre las puertas a la delincuencia

El regreso a clases en México será de manera virtual y ante la carencia de equipos, internet y de un espacio para estudiar, muchos jóvenes decidirán desertar de sus estudios, lo cual pudiera abrirles las puertas a una escuela del crimen.

Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tras el cierre de planteles en México, se estima que al menos un millón 400 mil jóvenes abandonen sus estudios; 800 mil de ellos no entrarán a la preparatoria, mientras que 593 mil estudiantes abandonarán su carrera universitaria y 38 mil sus estudios de posgrado.

"A parte de la deserción escolar, imaginemos que en sus hogares hay desintegración y además no estén ocupados en un horario fijo en su educación, los jóvenes están abiertos a que los atrapen las personas que se dedican a delinquir", precisó José Pedro Beltrán, director de ITAMA en Sonora.

Actualmente en Sonora hay más de 250 menores de edad bajo tratamientos de readaptación social en los distintos Centros Itama, donde 41 de ellos pertenecen al sur de Sonora, mientras que tan sólo un cinco por ciento de ellos son mujeres, menores de edad infractoras.

Ante la falta de vigilancia en casa, muchos niños de las colonias más vulnerables de Ciudad Obregón deciden faltar a la escuela, mismos que por falta de oportunidades, no regresarán al próximo ciclo escolar.

"Dos de mis compañeros duran hasta un mese sin ir a la escuela y a cada rato le ponen reporte porque no entran a clases después de recreo, no hacen trabajos y se escapan", indicó Martín I. de 11 años de edad, originario de la comunidad Vida Digna.

Ante la deserción escolar, se espera que los índices delictivos en Cajeme aumenten, debido a que más jóvenes estarán en las calles, sin obligaciones y con malas compañías.

"Se juntan con la bolita de chamacos, y quieren imitar lo mismo que hacen los demás, aunque no les guste y con tiempo libre, sin ir a la escuela y sin nadie que los controle la cosa se puede poner peor", lamentó Ana María Sánchez, vecina de la comunidad Vida Digna.

En Ciudad Obregón se atienden por promedio a 50 menores infractores al mes, cifra que pudiera aumentar tras la deserción escolar y la falta de empleos para jóvenes.