Por: Leticia Alcántara
A partir del primero de octubre de 2023 inició el conocido "Año de Hidalgo", una práctica que impunemente tiene que ver con la corrupción que ha prevalecido en el sistema político y no, no tiene nada que ver con el prócer de la patria, pero utiliza su apellido para hacer rimar la frase: "el que deje algo".
Esta expresión empezó a usarse en la política mexicana desde antes de la década de los 70 y se refiere al último año de gobierno que da espacio para que, quienes pueden, se sirvan con la cuchara grande, se robe sin miramientos o bien se gaste todo el presupuesto antes de dejar "el hueso" como se conoce coloquialmente a un puesto político de nivel medio o alto. Una práctica ilegal y errónea.
Juan Ortiz, director de Lupa Legislativa, "creo que sí lo estamos viendo en este último año del presidente López Obrador, porque está proponiendo un gasto demasiado alto, con bajos ingresos y es una brecha que la está tratando de cubrir con deuda".
La presente administración asegura que en este último año de gobierno se romperá esta terrible costumbre.
"No, no hay año de Hidalgo", asegura Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo las condiciones establecidas en el Paquete Económico 2024 advierten que las fugas en el último año de gobierno pueden prevalecer.
La propuesta económica del gobierno considera ingresos por arriba de los 9 billones de pesos, pero al restar el endeudamiento neto del gobierno federal que es de 1.8 billones de pesos, los ingresos reales serán de 7.3 billones de pesos.
Ahora bien, el Presupuesto de Egresos considera que el gobierno tendrá un gasto de 9 billones de pesos, muy por arriba de los ingresos. Un déficit presupuestario cercano a 1.8 billones de pesos, equivalente al 5.4 % del Producto Interno Bruto (PIB), un desbalance entre ingresos y egresos no visto desde 1989.
El gobierno federal tendrá un presupuesto récord para hacer frente a sus compromisos.
Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público, anuncia "asegura el financiamiento de los programas del bienestar que hoy son un derecho constitucional termina obras sexenales que es un compromiso presidencial para no dejar presiones de gasto pendientes a la administraciones siguiente".
El problema es que este gasto va a crecer mucho más que los ingresos, y por eso solicitó a Hacienda un techo de endeudamiento mayor para cubrir las necesidades, lo que podría dar lugar a fugas en este fin de sexenio.
"Sobre todo con los megaproyectos, entonces hay mucha discrecionalidad en el gasto, hay un aumento en el gasto corriente, el aumento en los programas sociales también se presta para esto y entonces yo creo que sí hay mucho riesgo para que ocurra un año de Hidalgo en 2024", prevé Juan Ortiz.
Por su parte, Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, destaca, "la verdad es que tenemos un problema de transparencia y rendición de cuentas importante en el gobierno y creo que durante esta administración dimos unos pasos para atrás y eso da pie a que se puedan cometer algunas irregularidades".