"Mientras algunos se van, otros llegan" Esa es la triste realidad de miles de familias sonorenses, quienes ante la necesidad o el deseo de progresar, han decidido abandonar su lugar de origen.
En los últimos 10 años, el 62 por ciento del Estado de Sonora perdió habitantes, siendo el Sur de Sonora uno de los más afectados, registrando cuatro de los cinco municipios con mayor pérdida poblacional, lo cual asciende a más de seis mil habitantes que abandonaron la región.
"Esto nos dice que el Sur del Estado no está reteniendo a su población, seguramente no trae un crecimiento a la par del Estado, lo que se debe la economía con sus altos niveles de marginación y la falta de crecimiento económico en muchos de sus municipios, esto ha influido a que parte de su población decida radicar en otros municipios, como Hermosillo", señaló Alejandro Romero, especialista en Economía.
Sin duda alguna la zona más desprotegida en Sonora, es la comunidad indígena Guarijía, ubicada en lo más profundo de la sierra sonorense, donde la falta de trabajo, alimento, educación y servicios básicos, han obligado a sus pobladores a buscar refugio en otros municipios.
"Allá donde están, no trabajan como aquí, aquí todos los días hay trabajo, en cambió en la sierra no hacemos nada, hay gente que pasa los días sin comer, esperando a que amanezca otro día y tengan la posibilidad de comer tortillas con sal de perdida", Confesó Ramona Buitimea, migrante guarijía.
Así como Ramona, más de 150 familias guarijías encontraron un segundo hogar en el municipio de Etchojoa, donde a pesar de mantenerse a más de 160 kilómetros alejadas de su lugar de origen, buscan conservar sus tradiciones junto a los más pequeños.
Sin duda alguna, el sector empresarial en conjunto con los gobiernos municipales, deberán actuar y ofrecer una mejor calidad de vida a sus habitantes para evitar la fuga de talentos en busca de un sueño.