Narcoviolencia en Zacatecas alcanza a universitarios
La ola de violencia que azota a México, está vez le pegó a Zacatecas. Cinco jóvenes universitarios, (tres hombres y dos mujeres) de entre 21 y 25 años, fueron secuestrados la madrugada del sábado al salir de un bar en la capital. Los restos de cuatro de ellos aparecieron un día después en un coche, envueltos en bolsas de basura.
Una joven continúa desaparecida. Dos amigos del grupo estudiaban en la Universidad Tecnológica de Zacatecas.
El secuestro, tortura y asesinato de cuatro estudiantes manda un mensaje en una de las regiones más letales del país. La comunidad universitaria, que sufre tasas de deserción históricas, representa una víctima más de esta tragedia.
En lo que va de año han sido asesinadas 188 personas, una media de cuatro al día. En enero, 10 cadáveres amontonados frente a la sede de Gobierno en la capital. Hace menos de dos semanas, 16 acribillados a balazos en unas horas y una decena de cuerpos regados en una calle de Fresnillo. Los asesinatos a policías, que han mantenido en jaque a municipios completos sin seguridad pública, los colgados de puentes, dos crucificados, las matanzas en la sierra por los enfrentamientos del narco más propios de una guerra de Oriente Medio, son las postales que envía el Estado al resto del país.
Los estudiantes Irving Castor Reyes y Natalio Torres Balderas, de 21 años; Luis Ángel Manzanares y Alexia Monserrat Abrego Esqueda Cortés, de 25 años y Valeria Landeros Calderón, todavía desaparecida, de 24. Todos, del mismo pequeño municipio, Francisco R. Murguía, de casi 6 mil habitantes. Este martes el pueblo ha despedido a las tres víctimas; a Abrego la han enterrado en otra localidad cercana, Río Grande.
Una de las amigas de Abrego, Jannitzy Morales, fue quien recibió el sábado la llamada de su madre, quien le dio la noticia de su amiga asesinada. Todos en ese momento pensaron que se trataba de un secuestro y esperaban con agonía que los criminales los contactaran para pedir un rescate.
"Es horrible. Antes nos decían: "Nunca andes sola". "Y ahora aunque no andes sola, se llevan a todos tus amigos. No puedes estar segura en ningún lugar", dijo.
Abrego era licenciada en Psicología y daba clases en una guardería infantil. Estos días de pandemia impartía sus cursos vía conferencia. Morales cuenta que la última vez que habló con ella le comentó que además estaba vendiendo unos productos de maquillaje.
"Era un amor de persona. Jamás se nos pasó por la mente que un día iba a pasar por algo así", cuenta su amiga. Los vecinos de Zacatecas y de Francisco R. Murguía tratan de posicionar las tendencias de #JusticiaporAlexia, así como con el resto de nombres de los jóvenes, exigiendo justicia a unas autoridades desbordadas.
De acuerdo con la Fiscalía, el grupo salía de un bar en la capital cuando un grupo armado los forzó a subir al vehículo de una de las víctimas. El coche fue encontrado un día después, el domingo, con los restos de cuatro de ellos, en una carretera federal del municipio de Genaro Codina, un rancho a una hora al sur de la capital. Los primeros reportes hablaban de una camioneta abandonada con cuerpos envueltos en plástico en su interior, además de narcomantas. Tres hombres, uno de ellos con un tiro de gracia, y una mujer. La causa de la muerte de la mayoría fueron traumatismos severos. Los mataron a golpes.
La Universidad Tecnológica, a la que pertenecían Irving Castor y Natalio Torres, emitió un breve comunicado con un moño negro, una esquela dirigida a sus familiares "por esta irreparable pérdida". Y la Universidad Autónoma de Zacatecas, la más grande del Estado, se ha sumado a las condolencias. "La juventud es la esperanza para cambiar nuestra realidad social a través de la educación y la formación de ciudadanía que reconstruya el tejido social tan dañado", agregó la institución. Además, hizo un "llamado urgente" para la seguridad de todos los zacatecanos.
