Un nuevo desastre natural se presentó en Filipinas, ya que se han presentado varios terremotos de magnitud entre 5.4 y 5.9 grados, lo que ha provocado hasta el momento un saldo de ocho personas fallecidas y decenas más que han resultaron heridas al norte del país.
La mayoría de los sismos se han originado en la provincia de Batanes, así lo informó el Consejo Nacional de Reducción de Desastres, que pidió a la población afectada que se mantenga fuera de sus casas para ponerse a salvo.
Desde las 4:16 hora local del 27 de julio, Batanes ha sido sacudida por casi una docena de movimientos telúricos, el más intenso de los cuales alcanzó la magnitud 5.9, según el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs).
El segundo terremoto, que inicialmente se informó de una magnitud de 6.4 y luego se redujo a 5.9, causó daños a viviendas y otros edificios cuando golpeó la ciudad de Itbayat, en la provincia de Batanes, a las 7:37 horas local.
Las imágenes en los medios de comunicación filipinos mostraron casas derrumbadas, carreteras agrietadas y una iglesia dañada.
El alcalde de Itbayat, Raul De Sagon, dijo a la emisora DZMM que la mayoría de las víctimas "fueron enterradas por los escombros de sus viviendas, porque vivían en casas antiguas hechas de piedras calizas, sin refuerzo de metal".
Los heridos serán trasladados al Hospital General de Basco,
por su parte los militares enviaron equipos de rescate y recuperación a Batanes, incluidos equipos médicos a bordo de un avión C-295 que aterrizó en el aeropuerto de Itbayat poco antes del mediodía.
Se esperan más réplicas, pero no hay amenazas de tsunami, informó la oficina de sismología de Filipinas, de acuerdo con el portal Philstar.