Especialistas advirtieron que no han sido atendidas las afectaciones ambientales que generaron las obras del Aeropuerto en Texcoco, como los cerca de 200 socavones realizados para la extracción de materiales pétreos, temas de importancia que deben ser solucionados antes de emprender un nuevo proyecto en la zona como un parque ecológico.
La doctora Aleida Azamar Alonso, docente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), destacó que a pesar de que el proyecto fue abandonado "es necesario consultar con las comunidades, pues es importante respetar la voluntad del pueblo, en este caso expresada a través de movimientos de defensa del territorio que claman por la atención a los atropellos causados por la minería no metálica para el emplazamiento del aeropuerto".
Al participar en el Seminario virtual "Proyecto manos a la cuenca del Lago de Texcoco", la especialista destacó que ahora corresponde atender las afectaciones que quedaron sin reparar y ponen en riesgo la integridad de los habitantes.
Enfatizó que los proyectos del actual gobierno deben realizarse respetando la integridad ecológica, los principios de soberanía local entre las comunidades originarias pero, sobre todo, los derechos humanos, pues no se podría hablar de desarrollo si se afecta a terceros en los procesos de construcción.
La coordinadora de la Maestría en Sociedades Sustentables de la Unidad Xochimilco, explicó que "para tratar de garantizar la conclusión de las más de mil 600 obras en este sexenio el gobierno ha evitado varios controles normativos".
"El Aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, el Tren Transístmico, la Refinería de Dos Bocas y los trenes México-Querétaro y México-Toluca? ocasionarán una gran devastación ambiental y la destrucción del territorio protegido que ponen en riesgo a especies ?algunas en peligro de extinción? e incrementan los contaminantes con la consecuente degradación de la calidad de vida de la población local".
La también presidenta de la Sociedad Mesoamericana y del Caribe de Economía Ecológica, denuncio que "sólo uno por ciento del gasto de estos grandes proyectos de infraestructura están destinados para la mitigación del daño ambiental, lo que ha provocado que organizaciones o instituciones que vigilan áreas naturales protegidas, aguas y otros bienes de la naturaleza estén al borde de la desaparición por la falta de capital para pagar salarios o hasta servicios básicos."
En tanto, la doctora Ariadna Ramonetti, académica de la Universidad Iberoamericana, advirtió que uno de esos agujeros tiene 40 metros de profundidad ?la mitad de la del Estadio Azteca? y con la obra del NAIM "comenzó a devorar todo a su paso".
"El pequeño pueblo sobre el lomerío se llenó de hasta 500 camiones de volteo y de personas ajenas a la comunidad que día y noche trabajaban y el hueco de la mina se hizo tan grande que quedó a 60 centímetros de las casas colindantes".