Han pasado 100 días desde la toma de instalaciones de la Universidad de las Américas Puebla por elementos de la policía estatal, y desde aquel entonces, diversos grupos estudiantiles de la misma universidad, docentes y académicos, han denunciado una violación al Estado de Derecho por la presunta invasión a la institución.
Fue justo el pasado 29 de junio que elementos de seguridad pública ingresaron a las instalaciones y desalojaron a algunos trabajadores, para posteriormente resguardar las entradas; en ese momento, se hablaba de un conflicto entre la fundación Jenkins y la justicia, pues se les acusaba del desvío de fondos de hasta 790 millones de dólares, según lo expuesto por autoridades estatales.
Durante las semanas posteriores a estas acusaciones, diversas situaciones ocurrieron, entre las más importantes; se formó un nuevo patronato que sustituyó al ya conformado por la familia Jenkins y se instauró un nuevo rector: Armando Ríos Piter.
Posteriormente, a Ernesto Derbez, quien fuera rector de la UDLAP, se le acusó por presuntamente desviar fondos, ya que en 2016, junto con otros cinco funcionarios de la universidad, crearon una serie de empresas entre las que se encuentra la sociedad denominada ULAP Jenkins Graduate School, de la que son socios y a la que habrían desviado alrededor de 100 millones de pesos.
Entre las acusaciones, la fundación Mary Street Jenkins emitió una serie de comunicados en donde señaló, en reiteradas ocasiones, la violación al Estado de Derecho; fabricación de acusaciones, supuestamente ordenadas por el mismo gobernador de Puebla, y los señalamientos de jueces civiles que no cumplieron con ordenes para la devolución inmediata del inmueble de la UDLAP.
Luego de estos 100 días, estudiantes y docentes continúan exigiendo se respeten sus derechos y devuelvan las instalaciones de la universidad, pues a decir de ellos, son los únicos afectados en este problema que se ha vuelto confuso para la opinión pública; además, continúan brindando apoyo y han seguido instrucciones del antiguo patronato, ignorando al actual rector de la universidad, Armando Ríos Piter, y a las acciones tomadas por el denominado nuevo patronato espurio.