En un informe presentado por las doctoras María Elena Medina Mora y Claudia Montesinos de la UNAM durante la conferencia "Entorno Familiar: Consecuencias del Consumo de Sustancias entre niñas, niños y adolescentes", se reveló que el 56% de los adolescentes viven con algún familiar que consume alcohol.
El consumo excesivo de alcohol genera muchos problemas, entre otros, desestructuración familiar provocada por alteraciones en las relaciones de pareja y las paterno- filiales, hechos que afectan gravemente el crecimiento psico-afectivo, la personalidad y sociabilidad, retraso escolar, déficit en el aprendizaje y baja autoestima de sus hijos; adicionalmente, aparecen privaciones que promueven escenarios de discordia y violencia, falta de disciplina, respeto por la norma, destrucción de las relaciones sociales y deterioro de la figura paterna/ materna, la misma que aparece como deshonrosa y provoca sentimientos de vergüenza.
Las especialistas informaron que un 66% de los adultos mexicanos han tenido una historia familiar de consumo de alcohol, mientras que el 40% de los estudiantes universitarios también reporta que alguno de sus familiares consume esta sustancia. Advirtieron que el consumo de alcohol por parte de los padres no solo afecta a la familia cercana, sino que también tiene consecuencias negativas en la salud emocional de los hijos, quienes tienden a observar y aprender estas conductas.
El alcoholismo es una de las principales causas de problemas de salud como enfermedades hepáticas, cardiovasculares y trastornos mentales.
Estudios internacionales revelan que en Noruega, alrededor del 4.7% de las madres presentan un consumo peligroso de alcohol. En Inglaterra, aproximadamente el 2.5% de los menores de 16 años viven con un bebedor con consumo dañino, y el 29% de los niños viven con al menos un adulto con consumo excesivo. En Estados Unidos, el 21% de los padres y el 11% de las madres tienen un consumo excesivo de alcohol al menos dos veces por semana.
En México, los datos muestran que el 66% de la población adulta tiene una historia familiar de consumo de alcohol. Además, el 40% de los estudiantes universitarios reporta que alguno de sus familiares consume alcohol, y el 56.8% de los adolescentes vive con un familiar que tiene este patrón de consumo. La mayoría de estos adolescentes identifican al padre como el principal bebedor, seguido por ambos padres, la madre y los hermanos.
La edad promedio de inicio del consumo de alcohol en la población general es de 17,9 años (16,7 años en hombres y 19,2 años en mujeres)
Un estudio secundario de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco en Estudiantes (ENCODAT) reveló que el 10.6% de los estudiantes de secundaria y bachillerato perciben que su padre tiene un consumo problemático de alcohol, lo que equivale a aproximadamente 1 millón 100 mil estudiantes. Solo el 1.3% reporta que su madre tiene un consumo problemático, y el 1.7% señala que ambos padres tienen este patrón.
La doctora Montesinos destacó que el consumo de alcohol por parte de los padres puede llevar a mayores niveles de ansiedad y depresión en los hijos, además de problemas de conducta como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). También se observa un incremento en el consumo de alcohol en los hijos de bebedores, junto con problemas de crianza, maltrato y negligencia.
México ocupa uno de los primeros lugares de mortalidad por cirrosis hepática alcohólica en el mundo, con tasas ajustadas de 48,6 muertes por 100.000 habitan
Durante la conferencia, Montesinos explicó que los estudiantes que viven con padres bebedores tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas de consumo de alcohol ellos mismos. Mientras que el 13.2% de los estudiantes cuyos padres no tienen problemas de consumo reporta consumo excesivo, este porcentaje se eleva al 38% en estudiantes cuyos padres tienen problemas con el alcohol.
La doctora Montesinos concluyó que estos resultados resaltan la necesidad de implementar programas preventivos para concienciar sobre los efectos negativos del consumo de alcohol en la familia. Los padres deben ser conscientes del impacto que su comportamiento tiene en sus hijos y evitar asociar el alcohol con momentos de relajación o celebración.