La amenaza de un tiroteo escolar, similar a los que se han registrado en Estados Unidos, provocó una rápida movilización de la policía en Monterrey, Nuevo León, México. Este incidente se produjo en la secundaria número 10 Moisés Sáenz, situada en el centro de la ciudad, donde las autoridades implementaron un operativo de seguridad para evaluar la situación y garantizar la seguridad de los estudiantes.
La alarma fue activada tras recibir notificaciones de la directora de la escuela sobre supuestas amenazas que circulaban en redes sociales. En respuesta, la Policía municipal se trasladó al plantel educativo, donde se realizó una exhaustiva revisión del inmueble, incluyendo el uso de un binomio canino para detectar posibles armas. Afortunadamente, las autoridades confirmaron que no se encontró ninguna situación de peligro, lo que permitió que las actividades escolares continuarán con normalidad.
Este evento recuerda el trágico tiroteo ocurrido el 18 de enero de 2017 en el Colegio Americano del Noreste, también en Monterrey. En aquel entonces, un estudiante de 16 años, Federico Guevara Elizondo, ingresó al colegio con un revólver calibre 22 y abrió fuego contra su maestra y varios compañeros. Este ataque dejó un saldo de dos muertos, incluyendo al agresor, quien se suicidó después de cometer el ataque, y varios heridos. La maestra, Cecilia Solís, falleció dos meses después debido a las complicaciones de sus heridas.
La reciente amenaza en la secundaria Moisés Sáenz ha reavivado el debate sobre la seguridad escolar en México, donde el aumento de la violencia y la inseguridad ha llevado a la implementación de programas como "Escuela Segura", que busca proteger a los estudiantes en un contexto de creciente violencia. Aunque las autoridades locales han descartado el peligro en este caso particular, la preocupación por la seguridad en las escuelas persiste, especialmente en un país donde los tiroteos escolares, aunque raros, han dejado una huella profunda en la sociedad.
A partir de 2007, la Secretaría de Educación Pública lanzó el Programa Escuela Segura en los estados de Baja California, Chihuahua, Ciudad de México, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Sinaloa y Quintana Roo. Este programa tiene como objetivo asegurar que las escuelas de nivel básico en México cuenten con "entornos que fomenten la seguridad y una convivencia sana, propicios para mejorar el aprendizaje y promover valores cívicos y éticos". Dentro de las medidas del programa, se incluyó la iniciativa Mochila Segura, que consiste en la inspección aleatoria de mochilas en las entradas de las escuelas para detectar algún objeto peligroso.
En el momento del ataque, según Aldo Fasci, fiscal del estado de Nuevo León, el operativo se implementó en el 90% de las escuelas públicas del estado. Sin embargo, en algunas escuelas privadas, como la del incidente, no se llevaban a cabo revisión debido a las quejas de los padres.