Gracias al intenso trabajo de los bomberos y a las fuertes lluvias, los incendios forestales que devastaron Australia en los últimos meses ya están bajo control, sin embargo, el problema ahora son las inundaciones, de acuerdo con el Servicio de Bomberos Rurales (RFS) de Nueva Gales del Sur.
En la temporada de incendios se perdieron 25 vidas y se destruyeron más de 24,000 hogares en Nueva Gales del Sur. También se quemaron más de cinco millones de hectáreas de arbustos y praderas.
Australia ha sido devastada por cientos de incendios que estallaron desde septiembre en una temporada de incendios forestales de verano inusualmente prolongada que fue alimentada por tres años de sequía, que los expertos han atribuido al cambio climático.
Los incendios en todo el país han arrasado casi 12 millones de hectáreas de matorrales secos, y causaron la muerte de al menos 33 personas y un estimado de mil millones de animales nativos, entre ellos los koalas.