La deforestación de la Amazonia brasileña prácticamente se duplicó entre enero y agosto, totalizando 6 mil 404.4 km2, frente a 3 mil 336.7 km2 en el mismo periodo de 2018 (+91.9 por ciento), según datos oficiales provisorios divulgados en plena polémica internacional sobre la preservación del mayor bosque tropical del planeta.
Según especialistas y ambientalistas, la escalada se explica por la presión de madereros y ganaderos alentados por el apoyo del presidente Jair Bolsonaro a la apertura de reservas indígenas y áreas protegidas para esas actividades y la minería.
Según los expertos, en la región amazónica debería haber más focos en septiembre, porque "el pico de la deforestación se da en julio y el de los incendios en septiembre", apunta Ane Alencar, Directora de Ciencia del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía