Zonas de riesgo y algunas otras en donde no se debiera permitir el desarrollo urbano, se ubican alrededor de la ciudad y fácilmente son identificadas por varios factores, entre los que se encuentran vías férreas, advertencia de gasoductos, canales de desagüe abiertos e incluso torres de alta tensión eléctrica.
A pesar de que el plan nacional de desarrollo urbano determinó años atrás el no construir en estos lugares, poblaciones en la capital ignoraron por completo estas recomendaciones.
No creo, porque nunca ha pasado nada; se ha descarrilado por acá el tren, por allá y nunca ha pasado nada. Pensando a que pase como hasta ahora ha pasado, pero en realidad no se sabe. Mientras las casas no invadan la vía no creo que pase nada.
Según el plan, cualquier uso habitacional, deberá estar alejado como mínimo a:
50 metros de cualquier ducto de petróleo o sus derivados.
30 metros de una vía férrea.
100 metros de un canal de desagüe a cielo abierto.
30 metros de una línea de transmisión eléctrica de alta tensión.
De hecho más adelante hay como que más pegados a la vía, (¿Esas casa son nuevas o de tiempo atrás.?) No pues ya son de tiempo, entonces como pasa el tren más seguido podría afectarles más a ellas todavía.
En estas colonias y juntas auxiliares ubicadas, específicamente al norte de la ciudad, es común ver viviendas a escasos metros de las vías del tren, otras, a metros de los gasoductos y muchas más en laderas de ríos.
En 1990, y hasta el 2016, el plan nacional de desarrollo urbano determinó estos lugares como zonas de no desarrollo urbano; a pesar de eso, la población sigue creyendo que nada va a pasar.
Eso es respetar nada más, no construir arriba, se sabe todo eso, lo sabemos los vecinos. Hemos convivido con el gasoducto toda la vida, entonces tú sabes que mientras no construyas arriba mientras no te metas a eso no va a haber problema, pero si la gente quiere construir arriba sabemos que sí va a ser peligro.
Las personas han normalizado el hecho de que se continúe construyendo cada vez más cerca de estas zonas, y a pesar de las terribles lecciones de eventos pasados, las opiniones continúan firmes; que no pasará nada.