La ampliación del Canal de Panamá cumple este lunes siete años en servicio con el reto de garantizarse el agua, que ha escaseado en los últimos meses por una prolongada sequía que ha obligado a reducir el calado a los buques, lo que impactará en los ingresos de la vía.
"Este séptimo aniversario viene acompañado de importantes retos en materia de agua y clima", reconoció en una declaración pública la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
La prolongación este año de la época seca ha afectado a los lagos artificiales que alimentan a la vía y también surten a más del 50 % de la población de Panamá, por lo que el Canal redujo el calado, que es la profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de una embarcación.
El calado máximo de la ampliación es de 50 pies (15,24 metros), pero ahora ofrece 43,5 pies (13,26) y a partir del 19 de julio será de 43 pies (13,11 metros), de acuerdo a un cronograma anunciado a los clientes el pasado 14 de junio.
Esta reducción implica que los buques deben aminorar el volumen de carga cuando crucen el Canal de Panamá, por el que pasa cerca del 3 % del comercio mundial.
El Canal "sigue de cerca la evolución de los fenómenos meteorológicos que afectan a la disponibilidad de agua en la cuenca hidrográfica que, según las previsiones, podría empeorar con la llegada del fenómeno de El Niño", indicó la ACP en su declaración.
"Las estimaciones actuales indican que el impacto económico es inevitable", pese a que el Canal aplica "medidas de ahorro de agua durante los meses lluviosos para ayudar a la recuperación del agua en los lagos circundantes", para garantizar "los recursos para el consumo humano sin afectar los tránsitos".
El Canal de Panamá proyectó ingresos en 2023 por 4.652,9 millones de dólares, un 10,3 % más que el estimado para el 2022, pese a que esperaba que el tonelaje que pasa por la vía se redujera en un 2,8 %, según el presupuesto aprobado en septiembre pasado por el Parlamento.
LA AMPLIACIÓN IMPULSA EL NEGOCIO
Las esclusas neopanamax, construidas a un coste de al menos 5.600 millones de dólares y consideradas una maravilla de la ingeniería moderna, representaron "más del 50 % del tonelaje total" que maneja el Canal, "con más de 270 millones de toneladas (...) entre junio de 2022 y el pasado mes de mayo", indicó un comunicado oficial.
El canal ampliado consiste en un tercer carril que da paso a naves con más del triple de carga que las que cruzan la vía inaugurada de 1914, que construyó y administró EE.UU. hasta el 31 de diciembre de 1999.
La ampliación abrió el paso para el "90 % de la flota mundial de buques de gas natural licuado (...), lo que supuso un importante ahorro de tiempo para los productores" del hidrocarburo "de Estados Unidos y Latinoamérica a la hora de exportar a la costa oeste de Sudamérica y Asia", recalcó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Además, "aumentó el ahorro de emisiones de la ruta para los clientes al permitirles transportar mayores cantidades de carga con menos viajes, reduciendo tiempos, combustible y las emisiones de manera significativa".
Se ha generado así "un efecto multiplicador en la economía local y mundial, repercutiendo en el transporte marítimo y el comercio a medida que los puertos de todo el mundo se amplían para dar cabida a buques más grandes", agregó la ACP.
Desde que la ampliación entró en servicio, los ingresos del Canal de Panamá solo han crecido, lo mismo que los aportes al fisco nacional.
En el año fiscal 2021, el Canal entregó más de 2.080 millones de dólares al Estado panameño, una nueva cifra récord. Entre 1914 y 1999, año en que EE.UU. traspasó la vía a Panamá, los aportes sumaron 1.833 millones de dólares.