Fabiola se encuentra desaparecida desde hace un año veinte días

Un año con veinte días es el tiempo en que doña Eugenia ha vivido un gran martirio al no saber nada de Fabiola, su hija, quien desapareció el 13 de enero del 2021.

Un altar adorna la mesa y es lo primero que encontramos al ingresar a la vivienda de doña Eugenia, quien aún derrama lágrimas al hablar sobre Fabiola, su hija más pequeña que aquel 13 de enero, salió de su casa en compañía de una amiga y hasta este día no existen rastros de ellas.

"Salieron las dos más o menos como a las tres y media de la tarde y hasta ahorita no se ha sabido nada de ellas, como a las seis más o menos, seis, seis y media, las empezaron a buscar porque pues ya era demasiado tarde, mucho tiempo y supuestamente ninguna de las dos pensaba tardar y pues no, como no llegaban pues empezaron a buscarlas".

Fabiola junto con su amiga solo habían salido a tramitar una tarjeta bancaria, por lo que después nada se supo de ellas y es fecha en que la incertidumbre reina su vida.

"Vivimos con la incertidumbre de donde están, como están, que hacen, como la tienen porque lo más seguro es que alguien la tiene, vivimos al día a día, haciéndonos fuertes porque, porque, por la niña, que no nos vea llorar ósea tratamos de ser valientes".

Fabiola dejó a dos pequeñas, una de ellas de siete años, que pide y reza todos los días a Dios que regrese su mamá, doña Eugenia señala que ella sufre por su ausencia.

"Me dice, Abuela, sabes qué le voy a pedir a Santa Claus que no me traiga juguetes, ni a los Reyes Magos que no me traigan juguetes, yo quiero que me traigan a mi mamita".

Es inevitable que doña Eugenia no derrame lágrimas al platicarnos sobre Fabiola, a lo cual le surgen muchas preguntas, las cuales solo pide una respuesta, que su hija regrese a casa para acabar con este sufrimiento que invade su hogar.

"Son muchas situaciones que vivimos juntas y que me hacen no pensar que es una niña mala, no es mala mi hija".

Esta madre pide empatía por parte de las autoridades quienes tras un año, no les han dado una respuesta favorable, solo largas sobre el caso de su hija.

"Que no se preocupe, como caramba no se va uno a preocupar por un hijo, quisiera yo, que ellos se pusieran en nuestros zapatos, no que les pase lo mismo, pero que se pongan en nuestros zapatos para que vean realmente lo que se siente realmente perder a un hijo".