Han pasado 14 años de aquel trágico 19 de diciembre de 2010 donde cientos de personas vieron arder su patrimonio, recuerdos y familia en San Martín Texmelucan.
Sólo imagine irse a dormir con la ilusión de que cada vez está más cerca la navidad y podrá ver a toda su familia reunida, hace tanto que no ve a la abuela, cierra los ojos sólo para despertar cerca de las 5:30 de la mañana en el mismo infierno.
El naciente problema de robo de combustible se hacía presente en Texmelucan cuando algún grupo de desgraciados decidió perforar un ducto de PEMEX que pasaba por la calle San Damián sin contar que esa madrugada todo les iba a salir mal, de esa perforación se fugaron cerca de 3.8 millones de litros de hidrocarburo que formaron un cauce de dolor y muerte.
Las explosiones fueron de tal magnitud que la columna de humo se alcanzaba a ver no sólo desde municipios vecinos, sino desde el estado de Tlaxcala, las llamas que siguieron después de los estruendos consumieron todo a su paso, absolutamente todo, autos, casas, animales y por desgracia vidas humanas se perdieron ese día.
30 personas murieron, entre ellas 13 menores de edad, y a 14 años de esas 30 personas, una sigue sin ser identificada, ¿Justicia? La entonces Procuraduría General de la República levantó denuncias por los delitos de: Robo de Hidrocarburo, Daños en Propiedad Ajena y Daños al medio ambiente sin embargo hasta el momento no hay detenidos, ni ha sido frenado el robo de combustible en la zona.
¿Qué queda? Frustración y tristeza, familias perdieron hasta tres integrantes entre el fuego y hoy como cada año sólo puedo hacer una misa en el lugar para recordar a sus seres queridos e intentar dar paz a las almas de los cuerpos que ese día ardieron.
Se han colocado placas conmemorativas, monumentos, se guardan minutos de silencio que jamás harán que esas 30 vidas regresen, que los 53 heridos borren las cicatrices y vuelvan a vivir con tranquilidad, los habitantes no esperan más monumentos por parte de las autoridades, ellos exigen justicia y acción para erradicar este maldito cáncer que se apoderó de San Martín Texmelucan, el huachicol.