La temporada de lluvias ha traído consigo la proliferación de moscas. Aunque normalmente las vemos principalmente en alimentos en descomposición o de fuertes olores, es la combinación de la humedad de las lluvias con el calor lo que crea un clima perfecto para este tipo de insectos.
Los principales lugares de reproducción incluyen desechos húmedos que se encuentran en equipos de alimentos, zonas de basura/contenedores y desagües.
Las moscas suelen transportar bacterias en sus patas y otras partes de su cuerpo, las cuales adquieren al alimentarse de heces fecales y otros desechos en descomposición. Como resultado, pueden provocar diversas enfermedades en los seres humanos al entrar en contacto con alimentos destinados al consumo. Algunas de las enfermedades que pueden causar son las siguientes:
A lo largo del año convivimos con insectos, pero recientemente hemos notado un aumento significativo en la cantidad de moscas. Las encontramos en la oficina, en la calle e incluso mientras comemos, lo cual puede causar desesperación y hasta asco; para evitar estas molestias, el Centro Nacional de Prevención de Desastres ha emitido algunas recomendaciones para prevenir la proliferación de mosquitos y otras plagas:
Es fundamental considerar que la presencia de moscas varía según la ubicación geográfica y las condiciones específicas de cada región. Además, factores como la higiene ambiental y la disponibilidad de fuentes de alimentos pueden influir significativamente en la cantidad de moscas en una zona determinada.