El acoso cibernético puede tener efectos devastadores en la salud mental de las víctimas, incluida la ansiedad, la depresión y la ideación suicida, y puede afectar negativamente el rendimiento académico y las relaciones sociales de los estudiantes. Además, esto podría tener consecuencias legales para los atacantes.
Por lo que algunas instituciones educativas actúan en base a protocolo mediando entre los estudiantes, y con la presencia de los padres de familia, para evitar los conatos de agresiones dentro o fuera del entorno escolar; ademas del apoyo con conferencias e información que se les comparte a los jóvenes de la "Ley Olimpia", para que conozcan a que sanciones se pueden a ser acreedores.