El 21 de febrero, la Cruz Roja Mexicana conmemoró 115 años de labor humanitaria, convirtiéndose en una de las instituciones más importantes en la historia reciente del país. Fundada oficialmente en 1910, la Cruz Roja Mexicana ha estado presente en los momentos más cruciales para la sociedad mexicana, brindando apoyo a miles de personas en situaciones de emergencia, como lo demuestran su participación en los sismos de 1985 y 2017, entre otros desastres.
La historia de la Cruz Roja en México comenzó en 1907, cuando la Cruz Roja Española propuso la creación de la organización en el país. Sin embargo, fue hasta 1909 cuando se realizó la primera intervención, apoyando a las víctimas de una gran inundación provocada por el desborde del río Santa Catarina en Monterrey, bajo el liderazgo de Luz González Cosío, fundadora de la Cruz Roja Mexicana. Este suceso fue clave para el reconocimiento oficial de la institución, que se formalizó el 21 de febrero de 1910 mediante un decreto presidencial que le otorgó el estatus de asociación facultada para asistir públicamente a la población.
Desde entonces, la Cruz Roja Mexicana ha sido un pilar fundamental en la atención a desastres naturales, conflictos y emergencias médicas. Su carácter neutral y humanitario le ha permitido brindar ayuda sin distinción de nacionalidad, ideología o situación política, lo que ha sido crucial en momentos de guerra y crisis.
Además de su trabajo en situaciones de emergencia, la Cruz Roja ha jugado un papel importante en la promoción de la prevención de accidentes, colaborando en campañas educativas y en la protección civil de las ciudades más vulnerables a desastres naturales.
Hoy en día, los paramédicos y personal médico de emergencia de la Cruz Roja Mexicana continúan siendo solicitados en todo el país para salvar vidas, y su labor sigue siendo indispensable en la vida de la población mexicana, reafirmando su compromiso con la humanidad y la solidaridad.