Recientemente, un taxista fue asesinado al regresar de dejar un pasaje en la carretera a Juventino Rosas, un crimen que ha puesto de nuevo en evidencia la creciente inseguridad que enfrentan los conductores de taxis en Salamanca. Este asesinato ha reavivado la denuncia de las seis agrupaciones de taxistas que operan en el municipio, quienes, hasta el momento, no han recibido el apoyo suficiente de las autoridades para hacer frente a los constantes asaltos, extorsiones y robos de vehículos que sufren a diario.
Los representantes del gremio han señalado que la falta de respuesta por parte del gobierno ha dificultado la implementación de medidas conjuntas para combatir la violencia que afecta a los trabajadores del volante. Actualmente, Salamanca cuenta con una flotilla de 780 unidades de taxis, sin embargo, solo el 10% de estos vehículos operan las 24 horas del día. La mayoría de los taxistas prefieren no trabajar después de las 11 de la noche, ya que aumenta el riesgo de ser víctimas de un atraco.
Los asaltos son una constante, con reportes de entre 3 y 4 incidentes cada fin de semana. A lo largo de los últimos cuatro años, el gremio ha sufrido un total de 16 asesinatos de conductores de unidades de alquiler. En 2020 se registraron ocho muertes, en 2021 cinco, en 2022 dos y, en 2025, ya se ha reportado un asesinato.
El año 2024, también dejó al menos ocho incidentes de robo y violencia. A pesar de contar con sistemas de GPS en sus unidades, los taxistas siguen siendo víctimas de la delincuencia, cuyos modus operandi varía: mientras algunos asaltantes se limitan a robar las pertenencias de los conductores, otros optan por llevarse los vehículos. El gremio de taxistas pide una respuesta más contundente por parte de los gobierno, con estrategias coordinadas que garanticen la protección y seguridad de los trabajadores del volante en Salamanca.