Dentro de la lista de enfermedades ocasionadas por la falta o desaparición forzada de un familiar está la depresión, hipertensión, diabetes, falta de sueño, ansiedad, entre otras. No sólo es la salud física la que se desgasta, si no la salud mental.
A esto hay que sumar que quienes buscan a familiares desaparecidos se enfrentan a lesiones y accidentes por el tipo de terreno donde hacen sus exploraciones, por lo que las fracturas también son comunes, así como las infecciones debido a la exposición a fosas clandestinas.
Quienes buscan a sus desaparecidos deben enfrentarse a la indiferencia de las autoridades. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) tendría que dar apoyo médico a esta comunidad, pero muchas veces señala que sus afectaciones no tienen que ver con las desapariciones.