Viernes de Dolores, una tradición de gran arraigo en Salamanca
El Antesala de la Semana Santa, es el Viernes de Dolores una tradición apropiada por los guanajuatenses; desde hace más de un siglo. En Salamanca, se acostumbra colocar altares en honor a la Virgen de Dolores y se ofrece la conocida bebida "Lágrimas de la Virgen", "Agua de Cuaresma" o incluso, "Agua de Obispo".
De acuerdo con la tradición católica, la Virgen María lloró lágrimas de sangre ante la pasión y muerte de Jesucristo, su único hijo. El agua que se regala en los altares es de color rojo, parecido al de la sangre, lo que representa las lágrimas derramadas por la virgen.
Entre los elementos básicos del altar, no puede faltar la imagen de la Virgen Dolorosa, sobre una mesa adornada con manteles morados o blancos de papel picado. Al frente, las alfombras de yerbas olorosas o aserrín pintado para hacer menos penoso su camino.
Sobre la mesa se coloca un crucifijo, algunas veladoras, las naranjas agrias con banderitas de colores de papel montadas encima, y flores que simbolizan la solidaridad y el consuelo que los fieles brindan a la Virgen.
En Salamanca, muchas familias ya se preparan con la compra anticipada de cada uno de los ingredientes para preparar y regalar esta tradicional agua, una costumbre muy arraigada en todos los hogares católicos salmantinos.
