Agraría
Ayutla enfrenta el Covid-19 sin agua potable por conflictos agrarios
Por:
Noe Nolasco
Salina Cruz
31-03-2020
Durante esta contingencia sanitaria a nivel mundial, por el Covid-19, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una pandemia, en diferentes países, estados y municipios, las medidas sanitarias implementadas, para evitar la propagación de virus, se han generalizado, siendo una de las más importantes, el lavado constante de manos con agua y con jabón, recursos básicos, que, en teoría, se pueden encontrar en cada hogar, sin embargo, esto no es así.
En la zona Mixe del estado de Oaxaca, desde el 2017 las comunidades de San Pedro y San Pablo Ayutla, no cuentan con distribución de agua potable, esto debido a la disputa de tierras que mantienen con Tamazulápam del Espíritu Santo, desde hace décadas y que el 2017, con la intervención de grupos armados, se apoderaron del manantial que suministra el vital líquido a las comunidades.
Más de 33 meses sin agua potable en los hogares, situación que complica la implementación de los métodos de higiene requerido, como el lavado de manos, ropa y utensilios de forma constante, para afrontar esta alerta sanitaria.
A través de redes sociales, se han difundido, algunas demostraciones que se imparten en estas comunidades, con el fin de acatar los protocolos, con el menor desperdicio de agua, acciones, que han sido criticado en estas plataformas, ya que señala, que desde, el anuncio del gobierno estatal, en mayo del 2019, de los acuerdos entre ambas comunidades, para atender la problemática de la distribución del vital líquido, esta no se ha atendido.
Si bien es cierto, los pobladores han buscado la manera de obtener este recurso, ya sea comprando o acarreando de otras fuentes, siendo este limitado y atesorada por cada familia, sin embargo, hoy se enfrentan con un tema que rebasa a su comunidad y sus conflictos, una propagación de un nuevo virus, que, de no tomar las medidas necesarias, podría repercutir gravemente en la salud de esta población.
Hoy ya no basta con cerrar los accesos a la población, como otras zonas lo han hecho, o vigilar el ingreso de personas ajenas a la comunidad, ya que se carece de un recurso natural indispensable para hacer frente a esta pandemia.