En Oaxaca la festividad de los muertos tiene un toque especial, durante 9 días, las calles se llenarán de flores de cempasúchil, olores a copal e incienso, es denominada la fiesta más viva de todas, con ello comienza la invitación a las almas de los difuntos a regresar por un momento, a comer, beber, y compartir.
De las entidades mas representativas en México para estas fechas sin duda Oaxaca ocupa un lugar preponderante, y aunque las estimaciones en cuantos a los costos de celebrar con nuestros difuntos prevé un incremento del 26 por ciento en comparación al año anterior, cientos de establecimientos comerciales, de alimentos, centros culturales, oficinas gubernamentales, hacen inversiones cuantiosas para no solo celebrar sino atraer a miles de visitantes a conocer parte de la cultura culinaria, prehispánica de mitos y también de leyendas
La Secretaría de Turismo estatal estima una derrama económica de 293 millones de pesos en los tres principales destinos Oaxaca, Bahías de Huatulco y Puerto Escondido, ante la llegada de 84 mil 883 turistas nacionales y extranjeros e del 29 de octubre al 1 de noviembre
Tan solo en la ciudad capital se espera una ocupación hotelera del 82%, lo que generará una derrama económica de 116 millones de pesos, 29 millones de pesos más que los obtenidos el año pasado.
Se estima que la derrama económica alcance los 38 millones de pesos, 11 millones de pesos más que el año anterior; la llegada de 13 mil 848 visitantes; así como una ocupación hotelera del 51%.
Las mejores exposiciones de altares son los de La Biblioteca Pública de Oaxaca para exhibir altares originales de gente de diferentes regiones de Oaxaca o el Panteón General que luce lleno tapetes naturales con detalles originales de los oaxaqueños.
El diablo, la muerte, los suegros, y hasta algunos funcionarios públicos o de algún oficio son parte de las comparsas, que año con año desfila, haciendo parodias, en el Barrio de Jalatlaco.
Aunque cabe destacar que en Juchitan en el Istmo de Tehuantepec el Xandu es una celebración profundamente arraigada en el tejido cultural .Sus costumbres y tradiciones únicas, desde la creación de intrincadas ofrendas hasta los atuendos vibrantes y las reuniones comunitarias, la convierten en una experiencia única. Si bien ha evolucionado a lo largo de los siglos, Xandú ha mantenido su esencia como una celebración de la vida y la muerte, cerrando la brecha entre los vivos y los difuntos.