Son varios integrantes de colegios de profesionistas y asociaciones civiles, que revisan la probable discrecionalidad en la forma en que se han iniciado los trabajos de demolición y construcción del nuevo estadio de béisbol de los Guerreros de Oaxaca, propiedad del empresario Alfredo Harp Helú.
Cuestionan la falta de transparencia, pues no se sabe si se ha cumplido o no con los requisitos para poder iniciar con los trabajos de construcción del nuevo estadio, citando el artículo 40 de Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y del Reglamento de Construcción y Seguridad Estructural para el Estado de Oaxaca, en el que se establece que "en los casos de inmuebles clasificados y catalogados, por el Ayuntamiento, la Secretaría, Instituto Nacional de Bellas Artes y/o el Instituto Nacional de Antropología e Historia, como parte del patrimonio cultural de la ciudad de Oaxaca de Juárez y demás municipios, se requerirá de autorización expresa de las autoridades federales y/o estatales competentes".
De igual manera, señalaron que el proyecto del nuevo estadio presentado en noviembre de 2024 no ha sido analizado y dictaminado con especialistas en la materia que esclarezcan el impacto urbano y ambiental que podría generar debido a las dimensiones, características y peculiaridades del mismo, y dentro de los aspectos legales y normativos que no han sido esclarecidos con la obra de acuerdo a las acciones realizadas con los trabajos ya en marcha a un costado del estadio.
Esto, porque se pretende llevar a cabo una serie de acciones de entre las que destacan clausurar vialidades y la peatonalización de las mismas sin tener una visión integral y equitativa urbana de espacios compartidos, eliminar ejemplares vegetales contemporáneos al estadio, tener mayor cantidad de superficies impermeables de concreto que áreas verdes y eliminar un edificio histórico patrimonial para crear una explanada.