Los más de 700 embarazos adolescentes que registró el municipio de Tehuacán en 2022, son cifras crudas que revelan el abandono de las infancias y adolescencias, el descuido sobre la salud sexual y reproductiva, así como factores de riesgo para las menores, al no existir una corresponsabilidad entre sociedad, autoridades y padres de familia. Que presentan dos posibles escenarios: abuso sexual y relaciones sexuales a corta edad que no ha logrado controlarse.
En el escenario de un abuso sexual, lo preocupate es que la mayoría de los casos son encubiertos por la propia familia, al no denunciarse, al no buscar ayuda para la menor, a quien terminan responsabilizando, y la normalización llega a tal nivel que permiten que las adolescentes tengan a sus hijos y los crían como si fueran sus hermanos, esto porque generalmente sus abusadores son familiares o personas muy cercanas a la víctima.
Especialistas en salud mental estimaron que 4 de cada 10 casos de abuso sexual cometidos por familiares o cercanos a la victima, y permitén el nacimiento del producto, los bebés son críados como hermanos de sus madres. Mientras que cuando los embarazos son producto de relaciones relativamente consentidas por dos adolescentes, es común que los varones al ser muy jóvenes sin la capacidad emocional y económica, terminan abandonando su responsabilidad de padres.
Este mismo colectivo destacó que al mes realiza un promedio de 5 atenciones psicológicas por abuso sexual de menores.