"No se escucha nada, a veces se sugestionan y dicen que vieron cosas, pero es la sombra de alguien, de un perrito; pero experiencias que si nos han sacado de onda, es la visita al cerro Chapolse", compartió el explorador y coordinador del Club Halcones Tehuacán, Nicolás Romero de Jesús.
Otras de "las riquezas de Tehuacán", que constituyen parte de su patrimonio sociocultural e incluso motivan a excursiones, creaciones literarias, musicales y podrían ser el detonante turístico de sitios representativos, son "las leyendas".
"Nos perdimos, el mapa no funcionaba, era de noche, y como dicen los del pueblo, el cerro se nos volteo", añadió Romero de Jesús.
"Siempre que existe una leyenda o un mito, llevan algo de verdad; muchas veces pueden ser muy bonitas y se desvirtúan por la forma en la que se van comentando, pero si exploramos a fondo, podemos encontrar bases que le dan sustento a las leyendas", consideró Hugo, senderista y explorador de lo paranormal.
En esta demarcación como ocurre en diversas partes de la república, muchas de estas "herencias generacionales, por mayoría de transmisión oral", fueron adaptadas de otras regiones.
Tal es el caso de la "Leyenda de la Llorona", en Tehuacán, data de la "época colonial" cuando los límites de Hacienda San Lorenzo daban a la ciudad; en la esquina de la calle 2 Norte con 2 Poniente, en aquella época había "un chorro de agua de gran magnitud", y ahí decían que se aprecia. Años más tarde, donde ahora se encuentra la UMF 30 del IMSS, que en su momento también se ubicaron "los lavaderos públicos" dado el caudal de agua que pasaba, fue otro de los sitios en el que ocurrió "la aparición de esta mujer que se lamentaba".
"En la mina abandonada Águila Ploma, si llegamos a captar una sombra, de una cosa pequeña con cuernos", destacó el explorador Nicolás Romero.
"En la ex hacienda Santa Cruz, la que está detrás de la aceitera durante el recorrido me aparte, llegue a un lugar en silencio y aún más apartado, me pongo en cuclillas para grabar y escuchó detrás de mí pasos como de una persona grande, pesada, volteo y al voltear no había nadie; en cuanto levanto la cámara para empezar a grabar, me agarraron el hombro fuertemente", destacó el explorador Hugo.
La leyenda de "El Charro Negro" se popularizó en Tehuacán a partir del siglo XIX -Un hombre que enamoraba a las mujeres cubriendo su rostro con un pañuelo, una vez que las atraía, al descubrir su rostro este lucía descarnado-; y la leyenda de "La Carreta" -En el peso de la madrugada puede escucharse a una carreta antigua lúgubre jalada por grandes caballos, la cual pareciera arrastrar pesadas cadenas, dirigida por un jinete ausente o espeluznante-, es también común entre los Tehuacaneros.
"La carreta de los muertos, cuando fue la epidemia en Tehuacán, cuando muchos fallecidos se enterraron en el patio de atrás de la ex hacienda, en una fosa común, me parece que todavía ni existía el panteón municipal", ahondó Romero de Jesús.
Ex Haciendas, panteones, minas abandonadas, casonas, ranchos, cerros, cuevas, galerías filtrantes son diversos los sitios que en la demarcación han sido el epicentro de diversas leyendas ¿Pero cuáles de ellas tienen como base hechos históricos?, ¿A nivel social, que aportan?