Aun cuando el conteo de crímenes de odio en el municipio de Tehuacán parece haberse detenido en el número 15 más 1 intento, la violencia y agresiones hacia integrantes de la comunidad diverso sexual, continúa; por lo que ante la inutilidad del "Arco de Seguridad" ubicado en Altepexi, integrantes del colectivo proponen que sea instalada la primera Unidad Especializada para investigación de agresiones y crímenes de odio, a nivel estatal.
Kevin Williams, activista, representante del Club "G" Tehuacán e integrante de colectivos de la diversidad, destacó que después de los dos ataques en contra de la comunidad que se dieron a través del grupo de Telegram, hubo mucho interés por el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta, en Tehuacán, por lo que la Fiscalía General del Estado (FGE) a través de la policía cibernética no solo les indicaron a posibles responsables de dichos ataques, sino que emitieron una serie de recomendaciones y medidas de prevención. Puesto que, presuntamente la finalidad de los ataques fue sabotear el Primer Foro Cultural de la Diversidad en el municipio y amedrentar a los artistas que se presentaron.
"Al parecer la mala racha de los crímenes de odio en los colectivos de la diversidad se terminó, aunque eso no significa que la violencia disminuyó, pero ya no ha habido asesinato y eso es un avance"; por lo que añadió que los Arcos de Seguridad en Altepexi, podrían ser el lugar idóneo para la instalación de una Unidad Especializada en la investigación de crímenes de odio y agresiones; lo que le daría mayor visibilización a la comunidad LGBTTTIQA+ a nivel regional-estatal, además de brindar mayor certeza jurídica.
Y es que se trata de una infraestructura millonaria que lleva años abandonada; además que lamentó la situación que se observa en la Casa de Justicia de Tehuacán, con falta de personal, y consideró que el problema no es con los colectivos, sino con "toda la sociedad".
Remarcó que aunado a ello urge una capacitación continúa por el área de Grupos Vulnerables de Tehuacán, con perspectiva de género y en derechos humanos; además de una Casa de Cultura o Museo de la Diversidad, del que incluso se carece a nivel estatal; donde se exponga la historia de los movimientos sociales de los colectivos de la diversidad local.