Romantizar la maternidad contribuye al 80% de atenciones por violencia

El romantizar la maternidad es un factor que conduce y abona a que el 80 % de las mujeres que solicitan apoyo psicológico sea por algún tipo o forma de violencia; además que no solo cónyuges, sino hijos y el resto de familiares son también victimarios. Es además la violencia obstetricia y el abuso sexual por sus parejas, otras formas de las que generalmente mujeres que además son madres no hablan.

Glorificar la maternidad, bajo el concepto de que el ser madre tiene un alto costo que implica sacrificio y abnegación, es contraproducente incluso para sus hijos, porque no se forman en ambientes de respeto, salud mental y emocional, sin herramientas que les permitan seguridad y convivencia sana; puesto que el mensaje sobre el amor que culturalmente se califica como "absoluto e incondicional" es de además, "soportarlo todo", indicó Fabiola García Vidal, integrante del Centro de Inteligencia Emocional de Tehuacán (CEDIET).

Abundó que la sociedad también genera violencia contra las mujeres, al decirles e insinuarles que la maternidad es una obligación con razón de su sexo, y que si no son madres sacrificadas, abnegadas y sufridas no merecen reconocimiento; así también, los micromachismos indican que quienes viven una vida marital o conyugal, están obligadas a cumplir con las necesidades de su pareja, lo que fomenta escenarios de violencia sexual.

Comportamientos que se normalizan y que van desde violencia psicológica o verbal hasta físicos, incluso por sus propios hijos que por miedo a que también sean agredidos o a dejarnos solos, prevalecen en esos círculos violentos, es todo un sistema que las envuelve y hace que se sientan imposibilitados de salir, a lo que contribuye la falta de recursos, redes de apoyo, dependencia económica, amenazas, entre otros. 

"Todas las mujeres que son madres en algún momento de su vida han sido violentadas", puso de ejemplo a la violencia obstétrica, la que siempre ha existido pero actualmente tiene "más voz", desde comentarios como "aguanta, para qué abres las piernas", por personal de la salud, hasta prácticas médicas que las mujeres no autorizan sobre su cuerpo, tal es el caso de la colocación de dispositivos anticonceptivos, comentó.