"Urgen redes de apoyo para víctimas de violencia en Tehuacán"

Aunque pudiera pensarse que son los adolescentes de 15 a 17 años las víctimas más usuales de violencia en el noviazgo, especialistas y encargados de Departamentos Psicopedagógicos de Educación Superior, refieren que existe un incremento de esta problemática, pero en jóvenes mayores de 18 años. Pues de un promedio de 20 atenciones semanales, 15 son por esta causa.

El victimario se presenta ante su víctima, generalmente con características que derivan de su aprendizaje social, que comúnmente está cimentado en la figura o figuras de sus cuidadores, desde su infancia; y es constante que al principio de las relaciones, y más en el "período del enamoramiento", las víctimas no perciban las conductas agresivas, quienes por lo general necesitan reforzar su amor propio y compensar sus carencias socio- afectivas; así el chantaje emocional, es la primer forma violenta con la que se inicia el ciclo peligroso de esta.

"Hay un juego entre la víctima y el victimario, donde las víctimas, no se dan cuenta de su condición hasta que un tercero se los hace ver? Y se adaptan a esa relación violenta pero más allá de eso, a esa forma violenta de su pareja", por lo que sí el denunciar ante las instancias legales correspondientes es una desición de valor compleja para las o los violentados, el hacerlo público, es la expresión máxima de la desesperación y de una sensación de estado de indefensión, porque además por cultura, las víctimas y la gran mayoría de la sociedad no confía en los sistemas de procuración de justicia, repuso el Maestro en Investigación Educativa, psicólogo y abogado, Carlos Aguilar Sánchez y responsable del Departamento Psicopedagógico del Centro Universitario Tehuacán.

Cuando una persona que ha sido violentada, en cualquiera de las formas; se acerca a pedir ayuda es porque antes ya aceptó que está vulnerable y es precisamente ahí, donde se debe buscar dotarlos de herramientas para hacerle frente a esa situación, e inculcar la cultura de la denuncia; pero más allá de ello, urge la intervención de la familia, amigos, cercanos e instituciones, quienes pueden formar "redes de apoyo bajo una comunicación asertiva", en las que las víctimas se puedan expresar y sentirse protegidas o protegidos, sin temor a ser estigmatizados.

Esa forma de prevención es la menos atendida, la menos relevante y la más urgente, porque podría evitar que las personas sean sujetas a otra forma de violencia; pues al denunciar en redes sociales, que esto es parte de la necesidad de ser escuchada o escuchado al temer por su integridad, dejando esa denuncia pública como un antecedente; son blanco de ofensas o desacreditaciones; concluyó.