Los fraudes y estafas han aumentado considerablemente en los últimos años, y los ciberdelincuentes han adaptado sus métodos a las nuevas tecnologías. Uno de los más recientes es el quishing.
¿Qué es el Quishing?
"Códigos QR nacieron o más se popularizaron durante la pandemia y son geniales, lamentablemente todos los delincuentes están usando la tecnología para sus propios fines, entonces lo que están haciendo es generando códigos QR" Wolfgang Erhardt, vocero de buró de crédito
Los ataques de Quishing en México aumentaron significativamente, pasando de 740 incidentes diarios en junio de 2024 a 1,100 en agosto. Según expertos en ciberseguridad, este tipo de ataques experimentó un incremento del 81% en octubre de 2024.
"Los encuentras hasta en las paredes en las calles y en los postes y la curiosidad te puede salir caro, que te pueden llevar a una página o podrías estar autorizando una instalación de un software o podrías estar autorizando una instalación de un software espía que te está viendo todo lo que estás viendo y tecleando o que te roba tu información", Wolfgang Erhardt, vocero de buró de crédito
El quishing, también conocido como qrishing, precisamente aprovecha esa ventaja que tiene la tecnología: es una modalidad de ciberataque que con códigos QR fraudulentos pretende engañar a los usuarios, dirigirlos a sitios web maliciosos y robar datos sensibles.
"No escanee códigos QR, a menos que se trate de que estés en un empresa que esté totalmente regulada, de super confianza y de prestigio" Wolfgang Erhardt, vocero de buró de crédito
Empresas, restaurantes y otros servicios usan códigos QR para facilitar el acceso a sus productos, pero los ciberdelincuentes los emplean con fines fraudulentos.
"Incluso en el restaurante es mejor que digas traigan el menú físico, porque no sabes si el delincuente cambio el código QR de menú y el dueño ni siquiera se ha dado cuenta" Wolfgang Erhardt, vocero de buró de crédito
No todas las operaciones con códigos QR son riesgosas, pero es importante tener precauciones.
El QRishing es una amenaza creciente, ya que muchas personas no están acostumbradas a verificar los códigos QR antes de escanearlos, lo que facilita su explotación por parte de los ciberdelincuentes.