Las tiendas chinas han sido uno de los fenómenos más significativos en el comercio global en la última década. Este auge se debe a una combinación de factores clave, como la capacidad de ofrecer productos a precios muy competitivos, una amplia gama de opciones y la implementación de tecnologías avanzadas en la venta y distribución. En 2022 México importó desde China bienes y servicios por un total de 118 mil 696 millones de dólares.
Este crecimiento en la oferta de productos chinos ha tenido un impacto significativo en los mercados globales, aumentando la competencia y ofreciendo a los consumidores una mayor variedad de opciones a precios más bajos, lo que los hace más atractivos.
Al mismo tiempo, la diversidad de productos disponibles ha permitido a los consumidores elegir entre una gama más amplia de artículos, satisfaciendo sus necesidades.
La proliferación de tiendas de productos chinos ha facilitado enormemente el acceso a estos artículos para los consumidores, ahora, los consumidores pueden explorar una vasta gama de productos, desde tecnología avanzada hasta moda y artículos para el hogar en un mismo lugar.
Sin embargo, el comercio chino tiene un efecto multifacético en la economía mexicana. Mientras que ofrece beneficios en términos de acceso a productos y oportunidades de inversión, también plantea desafíos para las empresas locales y puede influir en el equilibrio comercial.