Los crímenes de odio son actos criminales motivados por un prejuicio basado en una característica, ya sea la raza, religión, etnicidad, origen, nacionalidad, orientación sexual, género, identidad de género y discapacidad.
Los expertos dicen que los ataques van más allá del plano físico: también son ataques a la identidad de la persona.
Son mayoritariamente cometidos por extraños por medio del uso de la violencia y generalmente buscan enviar un mensaje a toda la comunidad o minoría a la que pertenece la víctima.
Las juventudes precarizadas, personas de la diversidad sexual, mujeres en situación de vulnerabilidad, o bien individuos de diferentes raza o etnia, son los grupos más afectados.
Tan solo de 2019 a 2024, en México se registraron al menos 672 crímenes de odio contra la diversidad sexual, entre asesinatos, atentados y desapariciones, así lo dio a conocer Fundación Arcoíris.
Los estados donde se presentan la mayor cantidad de crímenes de odio son: Veracruz, Chihuahua, Baja California y la Ciudad de México.
Dentro de las características de un crimen de odio se encuentran la intencionalidad, y que dejan daños en el tejido social y la integridad de la persona.