La sequía que azota al sistema Cutzamala desde finales de 2023 ha puesto en jaque al Estado de México, con una reducción del suministro de agua al 25% proveniente de este sistema, generando una crisis hídrica que ha impactado a 11 alcaldías de la Ciudad de México y 8 municipios mexiquenses
Esta reducción ha generado un aumento en la demanda de pipas de agua, disparándose hasta en un 70% en el Estado de México, con precios que oscilan desde los 1,800 PESOS POR 10 MIL LITROS Y 500 Y 700 PESOS POR 5 MIL LITROS, convirtiendo el agua en un negocio fructífero para algunos, pero inaccesible para muchos.
Esta creciente demanda ha dado lugar al desarrollo de un mercado clandestino e ilegal, donde muchas de estas pipas extraen agua de manera ilegal de pozos pertenecientes a la Sistema de Aguas de la Ciudad de México, ubicados en lugares como Ocoyoacac, en una práctica que se denominado el "huachicol del agua".
Datos de la Comisión del Agua del Estado de México, estiman que más de 3 millones de personas se han visto afectadas por la escasez de agua en la región.
Las complicaciones derivadas de esta crisis hídrica son especialmente graves para comunidades vulnerables, como el barrio de la Teresona en Toluca. Donde los residentes a menudo pasan días sin acceso al vital líquido y se encuentran imposibilitados de contratar una pipa debido a los altos costos asociados.
La inversión en infraestructura hídrica, la promoción de prácticas de conservación del agua y la búsqueda de fuentes alternativas de abastecimiento son fundamentales para hacer frente a esta crisis y garantizar el acceso equitativo y sostenible al agua en el Estado de México.