México enfrenta una crisis silenciosa y estructural: la ausencia de un sistema nacional de cuidados.
Desde 2020, una iniciativa de ley que busca garantizar el derecho a recibir cuidados y a cuidar permanece estancada en el Senado.
La primera Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados indica que 58 millones de mexicanos requieren cuidados, una cifra que abarca desde infantes hasta adultos mayores.
La invisibilización del trabajo de cuidado tiene un costo económico y social, ya que si las labores domésticas y de cuidado se contabilizarán dentro de la economía formal, representaría un 26.6% del PIB nacional.
Las personas cuidadoras enfrentan mayores riesgos de pobreza, aislamiento social y discriminación. Además, la falta de acceso a servicios de cuidado de calidad dificulta la conciliación de la vida laboral y familiar, limitando las oportunidades de desarrollo económico.
Si bien instituciones como el IMSS ofrecen algunos servicios de cuidado, estos son insuficientes para atender la demanda existente.
La construcción de un sistema nacional de cuidados es una deuda histórica que México debe saldar. Una inversión en el bienestar de las personas, en la igualdad de género y en el desarrollo económico y social del país.