Contrario a la noción simplista de que el racismo se limita a la segregación racial o es un problema exclusivo de otras partes del mundo, en México, este fenómeno se manifiesta de manera multifacética.
A lo largo de la historia, los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las personas mestizas de piel oscura han sido víctimas de un racismo arraigado, mientras que aquellos identificados como mestizos de piel clara o blancos de ascendencia europea han disfrutado de privilegios sociales.
El racismo en México adopta diversas formas, desde el etnocidio hasta la xenofobia, siendo una fuerza que perpetúa las desigualdades sociales y económicas.
A decir del experto las frases insidiosas como "no seas indio" o "la culpa no es del indio sino del que lo hace compadre" son el reflejo de un discurso y una ideología racista que se arraigan en la sociedad mexicana desde el siglo XVIII.
Datos del INEGI detallan que son los integrantes de la comunidad LGBT+ y las mujeres los más susceptibles a sufrir algún tipo de discriminación.
Seguido de comunidades indígenas y afrodescendientes.