El Gabinete de Seguridad de Israel se reunirá mañana en Tel Aviv para evaluar la propuesta estadounidense de un alto el fuego con la milicia chií Hizbulá, que opera en el sur del Líbano.
La propuesta, que ha sido objeto de negociaciones intensas, sugiere un acuerdo que incluiría un período de 60 días en el que las fuerzas israelíes se retirarían del sur del Líbano, las tropas libanesas se desplegarán en la frontera y Hizbulá se replegaron más allá del río Litani.
Una fuente cercana a las negociaciones reveló que el gabinete tiene previsto discutir y, posiblemente, aprobar el acuerdo mañana. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mostró su acuerdo "en principio" con la propuesta, pero expresó algunas reservas, principalmente relacionadas con la "libertad de acción" para que Israel pueda realizar operaciones militares dentro de Líbano si Hizbulá viola los términos del alto el fuego.
El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, destacó en una intervención ante el Parlamento que el acuerdo dependería de dos condiciones fundamentales: evitar que Hizbulá se expanda más allá del río Litani y frenar sus esfuerzos para reconstruir su capacidad bélica en el Líbano. Estas condiciones serían clave para garantizar la seguridad en la región y evitar un escalamiento del conflicto.
En paralelo, algunos sectores en Israel, especialmente los de las áreas más afectadas por el conflicto, mostraron su oposición al acuerdo. Los alcaldes de las ciudades de Metula y Kiryat Shmona, ubicadas en el norte de Israel y cercanas a la frontera con Líbano, expresaron su rechazo a la firma de un alto el fuego. Ambos alcaldes calificaron el acuerdo como un "acto de rendición", argumentando que este tipo de tregua podría conducir a una repetición de los ataques ocurridos el 7 de octubre de 2023.
El alcalde de Kiryat Shmona, Avichai Stern, destacó en redes sociales que este acuerdo podría desencadenar una nueva ola de violencia en el norte de Israel, una región que ha sido constantemente atacada por cohetes y drones lanzados por Hizbulá. En términos similares, el regidor de Metula, David Azoulay, cuestionó las implicaciones del acuerdo, señalando que los residentes de su ciudad se enfrentarían a un futuro incierto, con la posibilidad de regresar a un entorno inseguro y destruido.
El conflicto entre Israel y Hizbulá ha tenido un saldo devastador tanto en Líbano como en Israel. Más de 3,500 libaneses han perdido la vida, y más de 15,000 han resultado heridos desde el inicio de los combates. En Israel, 78 personas han muerto debido a los ataques provenientes del Líbano, de los cuales 47 eran civiles. Esta situación plantea grandes retos para ambas naciones en términos de seguridad, reconstrucción y posibles acuerdos de paz.
La propuesta de alto el fuego, si se aprueba, podría ser un paso hacia la desescalada del conflicto en la región. Sin embargo, las tensiones persisten, y el futuro de la paz en la frontera israelí-libanesa sigue siendo incierto.
Con información de EFE.