A los 14 años Diego comenzó a fumar un cigarro por día, sin embargo la contingencia sanitaria por COVID-19 encendió las alarmas y fue el factor principal que lo obligó a dejar de lado está práctica.
Por mes, llegó a invertir más de 300 pesos solo en comprar cigarros y es que los fines de semana durante la convivencia con amigos podía fumarse una cajetilla completa.
Han pasado tres años desde que fumó su último cigarrillo y comenta que ha visto cambios significativos en su salud.
En el Estado de México el tabaco es la segunda sustancia ilegal más consumida y se estima existen cerca de 2.3 millones de fumadores en donde destaca la población masculina quien más adquiere este producto.