El Día de los Muertos, es una festividad llena de significado y color. Entre las múltiples tradiciones que acompañan a esta conmemoración, el Pan de Muerto se destaca como un elemento esencial en los altares y en la mesa de las familias mexicanas.
Ernesto, un hombre amable y sonriente, ha pasado la mayor parte de su vida amasando y horneando pan.
Originario de un pequeño pueblo en el centro de México, preserva la esencia de la tradición del Pan de Muerto a través de la receta secreta de su familia que cada año pone en práctica con pasión y devoción.
Con sabores que van desde mantequilla, nuez y naranja, y una decoración en forma de "huesos" y la característica "calavera" en la parte superior esta pieza de pan rinde homenaje simbólico a los seres queridos que han fallecido.
Compartir este pan en la mesa es una forma de honrar y recordar a los seres queridos que ya no están físicamente presentes, pero que viven en el corazón de sus seres queridos.