Es el sonido del cincel y martillo, las principales herramientas desde hace 25 años de la familia MORÁN quienes por tres generaciones se han dedicado a darle vida al papel picado.
Su habilidad en los trazos, les permite plasmar cualquier imagen en el papel picado, principalmente catrinas, calaveras, catrinas y personalizados elaboran calaveras con el nombre de la persona fallecida.
El papel picado de los MORAN ha llegado a Chicago, Washington, Guatemala, Brasil, Francia y España, en sus diferentes tamaños que va de 48 x 1.40, 1 pliego, 1/2 pliego, un cuarto, un octavo y un dieciseisavo.
Entre las satisfacciones más grandes que ha dejado este oficio a la familia MORAN es ver cada año, los colores verde, naranja, negro y azul del papel picado sobresalir en los altares de los difuntos o en aquel lugar que se convierte en la ultima morada de miles de personas.