El matrimonio ya no es una opción para miles de parejas mexiquenses.
Formar una familia ha quedado como una idea poco convencional, ajena al estilo de vida de la población joven en la entidad.
Debido a diversos factores económicos, socioculturales y psicológicos, cada vez es menos frecuente el matrimonio entre parejas jóvenes.
De acuerdo con especialistas uno de los principales factores es la incertidumbre económica que enfrenta la generación llamada millenial, dónde la falta de empleo y los trabajos mal pagados son una constante para ellos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México hay 30.7 millones de jóvenes que representan el 24.6 por ciento del total de habitantes.
De estos, de acuerdo con el INEGI, solo el 54 por ciento se encuentra casado o unido, 11 por ciento separado, divorciado o viudo y 34 por ciento soltero.
Sin embargo, la tasa de nupcialidad ha disminuido en los últimos años, dónde en 2019 la tasa bruta fue de 4.0 por cada mil habitantes, en comparación a 1999 dónde era de 7.6 por cada mil habitantes.
Jóvenes mexiquenses explican, entre otros motivos, que el cambio generacional ha puesto en duda su percepción acerca del matrimonio, alejando la idea romantizada de una familia y velando cada vez más por el desarrollo personal.
Expertos en psicología además atribuyen el descenso en el número de matrimonios jóvenes debido a factores psicológicos como matrimonios parentales fallidos, cercanía emocional excesiva con los padres, así como la negativa a repetir comportamientos parentales debido a malas figuras maternas o paternas.
Además, expertos coinciden en que con las nuevas tecnologías, la globalización y los procesos de intercambio cultural, cada vez más jóvenes mexiquenses replican los modelos y costumbres de otros países más desarrollados dónde los matrimonios son una opción que pasa a segundo término, cuando en otros años era un obligado para el desarrollo personal.
Por lo pronto para los jóvenes mexiquenses casarse es una opción que resulta ya no ser atractiva, esto en una sociedad fragmentada por la incertidumbre económica y en un ambiente que cada día resulta más desolador para el futuro.