Al ritmo de música de violín, los viejitos de antes salieron a bailar a las calles de San Francisco Xochicuautla.
Con bastón en mano, huaraches, rebozos y hojas de maíz en la espalda, pasaron de casa en casa, una tradición que data de hace 40 años.
Antonio Rojas de edad, fue parte de los grupos que recorrieron la montaña, así como el, su abuelo un hombre indigena otomí se encargó por muchos años que los "viejos compadres" como también se les conocía, no fueran olvidados.