Mientras otros países del mundo están a pocos años de tener el cien por ciento de su parque vehicular con autos eléctricos, en México la cifra no llega ni siquiera al uno por ciento del total de autos circulando.
Esto es porque siguen siendo autos caros y falta infraestructura suficiente, como contar con centrales de carga.
Comparado con países desarrollados, México está muy rezagado en la adopción de automóviles eléctricos.
Mientras un auto de combustión genera en promedio 360 gramos de dióxido de carbono por kilómetro reducido, un híbrido reduce esa emisión al 40 por ciento y un auto completamente eléctrico lo reduce a cero por ciento.
Si bien la venta de estos vehículos ha tenido un crecimiento exponencial, apenas representa uno por ciento del total de vehículos vendidos a nivel nacional, en parte porque siguen siendo vehículos muy caros con precios que inician desde los 400 mil pesos.
A esto se suma que las ciudades de nuestro país no se diseñaron para este tipo de transportes.
Francisco Javier Sánchez Ruiz, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla considera que los autos eléctricos si serían buenos y eficientes y sería una alternativa para México, para esta electromovilidad, pero también implicaría que las carreteras y las calles sean buenas.
Otro aspecto es que haya suficientes estaciones de carga para estos autos.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de la industria automotriz en el país existen sólo mil 146 estaciones de carga.
Gildardo Martínez Muñoz, investigador dijo que así como Pemex tiene gasolinerías, un ente gubernamental que tenga centrales de carga en todo el territorio, esa sería la posibilidad para que hubiera esa facilidad, que ya no limitante de dónde lo cargo.
Pero hay tecnología para cargar un auto desde nuestra propia casa.
Juan Manuel Cerdeira, director de Sev. México dijo que la mayoría de los autos de carga vienen ya con un cable que llamamos cargador nivel 1, este cable te permite conectar el coche a cualquier clavija de 110 120 voltios, no requieres de un cargador o de una estación de carga o electrolinera para cargar tu coche.
En octubre de 2024 el gobierno anunció la producción de sus propios autos eléctricos a bajo costo que competirán con marcas ya nuevas como las chinas Byd, Omoda o Changan y la estadunidense Eesla, y marcas consolidadas como BMW, Audi, Volvo, Ford, Nissan, o Volkswagen.
Sin embargo, para incentivar este mercado, a decir de especialistas del sector, se requieren tres factores: precio accesible, infraestructura y apoyo gubernamental.
Con información de Andrés Solis
Por: Andrés Solis (@aasolisa)
Todos los presidentes de México históricamente han presumido su compromiso con la salud del pueblo, en los hechos, todos han quedado a deber.
El sistema de salud pública muestra avances en años recientes, pero no se comparan con el resto de países de América Latina.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, al cierre de 2020, el peor año de la pandemia por Covid 19, México se encontraba en el lugar 19 de 35 países en atención primaria a la salud, con un déficit de recursos humanos, técnicos y financieros para garantizar el derecho humano a la salud.
En el continente americano, México se ubica en el lugar número 27 en porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado al gasto en salud, con apenas 3.30%, muy lejos del 11.37% que destina Cuba a este rubro e incluso del gasto que destinan países con menores ingresos como Bolivia, El Salvador, Nicaragua y de países caribeños como Bermuda, Surinam o Trinidad y Tobago.
De 2020 a 2023 el gasto en salud pasó de 3.30% del PIB a 2.85%.
Jorge Meneses Díaz, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del estado de Puebla, señala "comparado con otros países, sí estamos ya en la fila, en la cola, hasta el fondo, porque desafortunadamente las necesidades en salud siempre van a existir y cada vez la gente se enferma de más cosas".
Y mientras el presupuesto no alcanza el mínimo de 6% por ciento del PIB recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el gasto militar en México es muy similar.
De acuerdo con el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, Suecia, México destina en promedio 2.5% del PIB para las fuerzas armadas, una diferencia mínima con respecto a lo que se destina a la salud de la población.
Martha Isabel Ángeles Constantino, profesora e investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de México, expone "qué es lo primero, qué es lo que urge, qué es lo que debe ser atendido de manera inmediata y entonces creo que el recurso podría plantearse en cuestión de salud, en cuestión de un sistema de cuidados".
Otro rezago está en los recursos humanos; en el continente, México se encuentra en el lugar 19 en el número de personal sanitario disponible.
El país apenas tiene 24 profesionales de la medicina por cada diez mil habitantes, contra 84 que tiene Cuba y apenas 30 profesionales de enfermería, mientras Estados Unidos tiene 125.
En México, la falta de inversión, de infraestructura y de personal médico, representa un riesgo para la salud de millones de personas.
El Estado de México enfrenta una de las temporadas de estiaje más complejas de los últimos años, marcada por la disminución crítica en los niveles de almacenamiento de las presas que conforman el sistema Cutzamala.
Según el Observador de Sequía del Instituto Interamericano de Tecnología y Ciencias del Agua de la UAEMéx, al corte del 3 de marzo de 2025, el índice de llenado del sistema Cutzamala se ubicó en apenas 59.79%
En este contexto, la innovación tecnológica representa una alternativa indispensable para la preservación y gestión inteligente del agua. Las llamadas "aguas digitales" , aquellas habilitadas o gestionadas a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación ofrecen nuevas posibilidades para enfrentar este desafío
Entre las principales soluciones tecnológicas destacan:
Países como Singapur ya lideran la adopción de estas soluciones tecnológicas, el país destina cerca del 60% de su presupuesto en ciencia y tecnología del agua con respecto a su PIB.
En contraste, en México la inversión en investigación y tecnología hídrica representa apenas el 8.8%
La tecnología está disponible. Ahora, falta voluntad política, compromiso social e inversión sostenida para garantizar que el agua siga fluyendo,
En México, la impunidad es uno de los mayores obstáculos para el acceso a la justicia y el combate a la corrupción.
Las cifras reflejan la magnitud del problema: de cada 100 delitos, sólo 6.4 se denuncian y, de estos, únicamente 14 llegan a resolverse. En otras palabras, la probabilidad de que un delito cometido sea efectivamente resuelto es de apenas uno de cada 100.
El Estado de México se encuentra entre las cinco entidades con mayor impunidad en el país, ya que cerca del 97 por ciento de los delitos quedan sin castigo. De acuerdo con el estudio Hallazgos 2023, la impunidad alcanza el 91.65 por ciento en casos de homicidio doloso, el 76 por ciento en feminicidios y el 97 por ciento en desapariciones.
La impunidad está ligada a la falta de denuncia, impulsada por la corrupción y la desconfianza en el sistema de justicia. Según la ENVIPE 2024, las principales razones por las que las víctimas no denuncian son la pérdida de tiempo, con 34.4 por ciento, y la desconfianza en la autoridad, con 12.7 por ciento, reflejando deficiencias institucionales.
El estudio Percepciones de Impunidad 2024 señala que el 22 por ciento de los encuestados atribuye la impunidad a la colusión entre autoridades y delincuentes. También destacan la inacción policial, la falta de denuncias y la liberación de delincuentes por jueces. Además, el 12 por ciento menciona la falta de investigación del Ministerio Público y otro 12 por ciento la desconfianza en las instituciones.
Si bien las cifras oficiales señalan una disminución en delitos graves, en realidad estamos frente un subregistro que genera impunidad. Romper este ciclo requiere investigaciones eficaces, sanciones a los responsables e instituciones confiables. Sin justicia, la impunidad seguirá amenazando la seguridad y el estado de derecho.