Unidad Deportiva Filiberto Navas entre humedad y escombros

Las ciudades no solo se cuentan por sus avenidas y monumentos, sino por sus cicatrices. Algunas son visibles, como las grietas en los edificios abandonados; otras, más sutiles, como la nostalgia de quienes recuerdan lo que esos espacios significaron alguna vez.

La Unidad Deportiva Filiberto Navas es uno de estos espacios. Desde mediados del siglo pasado, se convirtió en un espacio para la práctica deportiva de la clase media de la ciudad, con alberca, gimnasio y canchas para diversos deportes. Pero a principios de este siglo, comenzó su desmantelamiento, pese a que se mantenía con los cuotas de sus usuarios.

Para el año 2014, la Universidad Autónoma del Estado de México y el Ayuntamiento de Toluca firmaron un convenio que se comprometió a devolver a la Unidad Deportiva Filiberto Navas el sitio de bastión para la cultura física y el deporte.

Seis años después, en 2022, la administración universitaria anunció que dejaba al espacio. Desde entonces, está abandonado

Sus canchas son un escenario postapocalíptico. La humedad impregna el aire, las estructuras metálicas están al borde del colapso y cruje bajo el peso de la intemperie.

Las paredes están cubiertas de moho y graffiti, un recordatorio de promesas incumplidas.

Este lugar, que alguna vez vibró con el esfuerzo de deportistas y universitarios, hoy es una advertencia silenciosa del precio del descuido, la indiferencia y la ineptitud.