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Los recientes hechos ocurridos en el festival AXE Ceremonia 2025, donde perdieron la vida los fotógrafos Berenice Giles y Miguel Hernández, han puesto en evidencia los riesgos inherentes a la celebración de eventos masivos.
Este trágico incidente ocurrió en un evento que, como muchos otros, atrajo a miles de personas en busca de disfrutar de la música y la experiencia colectiva. Sin embargo, la magnitud de la multitud y las condiciones del lugar hicieron que las circunstancias se volvieran fatales para quienes se encontraban en la zona más vulnerable. La noticia conmovió a la opinión pública y resaltó la necesidad urgente de revisar las medidas de seguridad en estos eventos.
La organización de un evento de tal magnitud implica la toma de decisiones complejas, como la distribución del espacio, el control de la entrada y salida, el monitoreo de las condiciones del lugar y la protección de los asistentes frente a posibles emergencias.
Las autoridades y organizadores deben garantizar que los protocolos de seguridad sean estrictos y eficaces, con el fin de evitar que tragedias como la ocurrida en el festival AXE Ceremonia se repitan.
No solo se trata de coordinar el desarrollo de actividades artísticas o deportivas, sino también de prever posibles situaciones de emergencia y minimizar los riesgos que puedan surgir debido a la aglomeración de personas.
¿Qué es un evento masivo?
Un evento masivo, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), es cualquier concentración de personas en un espacio determinado, que puede generar condiciones de riesgo debido a la gran aglomeración.
Estos eventos pueden ser de índole cultural, religiosa, política, deportiva o artística, y tienen en común la capacidad de atraer a grandes multitudes que se agrupan en un solo lugar.
En general, los eventos masivos se celebran en lugares públicos como estadios, auditorios, plazas, iglesias o parques, y suelen ser una oportunidad para que las personas se reúnan y disfruten de actividades que son parte importante de la vida social.
Sin embargo, debido a la magnitud de la concurrencia, estos eventos requieren una planificación detallada y medidas de seguridad específicas para evitar situaciones que puedan poner en peligro la integridad de los asistentes.
De acuerdo con el Cenapred, las concentraciones masivas pueden ser peligrosas si no se toman las medidas adecuadas para controlar la multitud y garantizar la seguridad. Las recomendaciones del organismo incluyen la notificación a un familiar sobre la asistencia y el tiempo estimado de estancia, la identificación de salidas de emergencia, el respeto a las indicaciones de seguridad, y la identificación del personal encargado de la protección civil y la seguridad.
Además, se insta a los asistentes a mantenerse informados sobre las ubicaciones de los extintores, los puestos médicos y los servicios sanitarios, y a seguir con calma las indicaciones de las autoridades en caso de emergencia.
La regulación de los eventos masivos en México
En México, los eventos masivos están regulados por la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en la Ciudad de México, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 14 de enero de 1997, con su última reforma en 2021.
Según esta ley, un evento masivo se define como cualquier espectáculo público que convoque a más de 2,500 personas. La ley establece que estos eventos están sujetos a las regulaciones correspondientes según el tipo de espectáculo y la infraestructura del lugar.
La normativa detalla las responsabilidades de los organizadores, quienes deben cumplir con ciertos requisitos de seguridad, tanto en la estructura física del lugar como en las medidas para mitigar riesgos.
Entre los requisitos se incluye la verificación del cumplimiento de las normativas de construcción, especialmente en lo relacionado con la instalación de gradas, templetes y otras estructuras. Asimismo, los organizadores deben presentar un plan de seguridad que contemple medidas ante situaciones de emergencia, como incendios o accidentes.
Es importante señalar que los eventos que se realicen en lugares construidos específicamente para espectáculos públicos no requieren una autorización especial, siempre que el evento sea congruente con el uso previsto del lugar.
Sin embargo, si el evento difiere de lo para lo que fue diseñado el espacio, los organizadores deberán acreditar que han cumplido con las disposiciones pertinentes y que el lugar está adecuado para recibir al número de asistentes previsto.
Los grandes eventos masivos de México
México es un país con una rica tradición de eventos masivos que atraen a miles o incluso millones de personas cada año.
Festivales musicales
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Conciertos y eventos culturales en el Zócalo
La Plaza de la Constitución, mejor conocida como el Zócalo, ha sido escenario de algunos de los conciertos gratuitos del país.
En los últimos años, artistas como Los Fabulosos Cadillacs quienes llenaron el zócalo con 300 mil asistentes en 2023, teniendo el récord de más asistentes en el lugar, Grupo Firme (280 mil en 2022), Paul McCartney (250 mil en 2012), Rosalía, Interpol, Café Tacvba y Manu Chao han convocado entre 160,000 y 180,000 personas.
Estos eventos forman parte de una estrategia cultural que busca acercar la música a todo el público, aunque también implican un fuerte operativo de seguridad, logística y atención a emergencias debido a la magnitud de la afluencia.
Estos conciertos no solo representan un espectáculo musical, sino también una experiencia colectiva que requiere medidas extraordinarias de logística, seguridad, protección civil y servicios médicos.
Eventos deportivos: fútbol y Fórmula 1
Los eventos masivos a nivel global
Así como en México, en otras partes del mundo se celebran eventos masivos que congregan a miles o incluso millones de personas. Ya sean festivales de música, celebraciones religiosas, deportivas o culturales, estos encuentros se convierten en hitos internacionales por su magnitud, impacto mediático y relevancia social.
Celebraciones religiosas y culturales
Eventos deportivos internacionales
Copa Mundial de la FIFA: Cada cuatro años, este torneo reúne a los mejores equipos de fútbol del planeta. En la edición de Catar 2022, el número total de asistentes a los partidos fue de más de 3.4 millones de personas, sin contar a los millones que celebran en plazas y zonas públicas de todo el mundo.
Los eventos masivos son una parte integral de la vida cultural, religiosa y deportiva de muchos países. Sin embargo, su magnitud requiere una preparación adecuada para mitigar los riesgos asociados con las grandes concentraciones de personas.
Solo con una planificación adecuada y un enfoque proactivo en seguridad es posible disfrutar de estos eventos sin lamentar pérdidas humanas o incidentes trágicos.
El sector de la construcción está en crisis.
Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción en el Estado de México, la acumulación de pasivos de administraciones municipales que arrastran adeudos desde hace varios años y que en muchos casos no han sido reconocidos por los gobiernos actuales han puesto en jaque a las constructoras.
Muchos gobiernos municipales que cambiaron de partido se desentienden de los proyectos, buscan desarrollar nuevos y dejar en el olvido lo pasado, situación que ha puesto en riesgo a las empresas que financiaron y ejecutaron las obras. La deuda acumulada alcanza los 2 mil 500 millones de pesos.
Tan solo en el caso del Valle de México hay pendientes pasivos cuantiosos de ayuntamientos como Cuautitlán, Naucalpan y Tlalnepantla, donde el adeudo supera los dos mil millones de pesos y su liquidación implicaría para los ayuntamientos no tener recursos para desarrollar proyectos nuevos, por lo cual, han decidido no reconocerlos.
La deuda es tan alta, que es equivalente al total de la inversión privada en el sector de la construcción en el estado de México que para 2025 se calcula en 2 mil 692 millones de pesos, según datos de la firma Forecastim.
La deuda pública en construcción impacta en el empleo, pues las constructoras aportan el 7.5% del empleo formal estatal.
Cuautitlán es el municipio del Estado de México que acumula la mayor deuda con el sector de la construcción. Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción en el Estado de México que calculan una deuda de 126.9 millones de pesos
En México los programas sociales han sido utilizados como una vía para la movilización electoral. Desde la década de los ochentas con el Programa Nacional de Solidaridad hasta los programas del bienestar, la entrega de recursos públicos puede estar condicionada por factores políticos. Y se crea una relación clientelar.
En el Estado de México operan ocho diferentes programas de becas educativas, desde becas por aprovechamiento académico, hasta becas específicas destinadas a las olimpiadas del conocimiento, la profesionalización, estancias académicas en el extranjero y becas universales. Todas llevan el apellido del bienestar.
Por ejemplo, el programa de Becas para el Bienestar por Aprovechamiento Académico inició en 2024 con la entrega de 65 mil becas a estudiantes de educación básica y superior. La beca Rita Cetina podría llegar a 850 mil estudiantes.
El Estado de México es la entidad con mayor cantidad de becarios en el país. La Beca Benito Juárez apoya a 565 mil estudiantes y el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, cuenta con 220 mil.
Para los jóvenes inscritos, las becas se convierten en un ingreso adicional que permite sortear un entorno económico adverso. Al mismo tiempo, crea una difusa identificación clientelar.
Los jóvenes sugieren que, en lugar de recortar estos apoyos, deberían ampliarse y aplicarse con reglas más claras para garantizar su acceso a un espectro más amplio de estudiantes.
De acuerdo con cifras oficiales, en el sexenio pasado se destinaron 364 mil millones de pesos a becas, para 22 millones de estudiantes del país que con el tiempo consolidan una relación asimétrica, de dependencia y voluntad limitada.